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6 Agua en vino
#51
Oscar Goinheix Lehrer escribió:Jesús transforma agua en vino
La forma más aceptada de entender este milagro, es la interpretación directa. Se entiende que el agua literalmente se transmutó en vino. Esta interpretación encaja con una actitud inocente, y en eso no hay nada de errado.

La inocencia es atribuida a los niños pequeños. Ellos creen en un mundo que llamaríamos mágico; es un mundo sin leyes de lógica. Un niño aprende muy fácilmente que apretando un botón en el control remoto, suceden cosas específicas con el televisor. No sabe nada de física; nunca leyó el manual; pero sabe que es así de algún modo que a él no le preocupa entender.

Sin embargo los adultos perdemos esa magia de la inocencia, y eso tampoco está mal. Pablo nos exhorta a dejar de ser niños. Y como adultos comprendemos que una molécula de agua difiere mucho del vino.

El vino es un compuesto de muchas substancias orgánicas. Cada una de ellas con fórmulas muy complejas que – con escasas excepciones – no han podido ser sintetizadas en laboratorio. Esas muchas y muy complejas substancias que componen un buen vino, son cada una de ellas producidas exclusivamente por procesos naturales.

Químicamente no se trata de ordenar al hidrógeno y oxígeno en moléculas diferentes a la formula H20. Es necesario introducir otros muchos elementos químicos no presentes en el agua. Y según lo que se interpreta, Jesús habría trasmutado esos átomos de hidrógeno y oxígeno, en átomos de otros elementos.

Las implicaciones de los fenómenos físicos, y de las reacciones químicas que habrían sucedido, hacen imposible aceptar esa interpretación directa sin que se quebrantaran las leyes naturales. Y de todos modos resulta increíble que eso sucediera quietamente dentro de una vasija de barro.

Por eso debemos volver a leer el relato, pero con la óptica de un adulto. Leemos en Juan 2:9 “el agua convertida en vino”. La palabra griega es “gegenemenon” del verbo “ginomai”. Éste significa: hacerse, producirse, ocurrir; y es usado 262 veces en los sinópticos sin nunca implicar una transmutación de la materia.

Juan la usa en 1:3 “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. En 1:6 “Hubo un hombre enviado de Dios”. En 1:10 “y el mundo por él fue hecho”. En 1:12 “les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. En 1:14 “Y aquel Verbo fue hecho carne”. En 1:15 “El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo”. En 1:17 “pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”. En 1:28 “Estas cosas sucedieron en Betábara”. En 1:30 “Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo”.

Como claramente se percibe, para Juan el verbo “ginomai” nunca significa transmutar o transformar. No significa transubstanciación sino en todo caso significa convertirse en el sentido de llegar a existir, o de pasar a ser. En todo caso, el agua pasó a ser vino, lo cual no era.

El uso del verbo “ginomai” por Juan puede también verificarse en: 2.1, 9; 3:9, 25; 4:14; 5.6, 9, 14; 6:16, 17, 19, 21, 25; 7:43; 8:33, 58; 9:22, 27, 39; 10:14, 16, 19, 22, 35, 38; 12:29, 30, 36, 42; 13:2, 19; 14:22, 29; 15:7, 8; 16:20; 17:3, 23; 19:36; 20:27; y 21:4.

Entonces concluimos que Juan dice que el agua pasó a ser vino. De forma similar dice que Jesús quien vino después que Juan, pasó a ser primero que aquél. Jesús no se transformó, pero ¿y el agua?

En la antigüedad el agua era de mala calidad. En la mayoría de los casos, un examen químico-bromatológico según los niveles actuales, arrojaría el resultado de “no apta para el consumo humano”. Aquella agua no tenía buen sabor, y su consumo podía causar malestares estomacales. Para evitar ambos inconvenientes se acostumbraba agregarle vino. Pero incluso el vino, no se consumía como lo hacemos actualmente. Se lo guardaba en odres, y para consumirlo se lo trasvasaba y se le agregaba agua.

La otra cualidad del agua es su temperatura. Una tinaja de barro o piedra actúa bajando la temperatura del líquido en su interior. A diferencia de los recipientes térmicos modernos, la tinaja de barro o de piedra no apenas conservaba la temperatura; realmente la bajaba. Eso es por un efecto de evaporación de la humedad exterior que es constantemente renovada por el líquido interior.

También es importante recordar las costumbres sobre las fiestas de boda. Estas se prolongaban por varios días. Del primer día participaban todos los invitados; luego solo los amigos; más adelante apenas los familiares; cada día reduciéndose el círculo de cercanía a los novios.

Del relato de Juan se desprende que ya habían transcurrido algunos días de fiesta. Entonces se descubre que falta el vino. ¿Por qué faltó el vino? Jesús no era el maestresala, sino un invitado. Quien no era una invitada es María; ella era de la casa. Es posible que el novio fuese un pariente muy próximo a María y a Jesús. Algunas tradiciones señalan a Santiago. Pero Jesús parece que había asumido cierta responsabilidad sobre la provisión de vino. Así surge de las palabras del maestresala.

El refranero popular dice: “Piensa mal y acertarás”. Es posible que no fuera un caso de falta de previsión o de excesivo consumo. Probablemente eran los empleados que estaban robando el vino más fino y caro, colocándolo en vasijas de agua supuestamente vacías.

Si lo anterior es cierto, lo que sucedió es que María y Jesús descubren la artimaña, que querían resolver la situación, pero sin generar un disgusto que arruinase la fiesta. En tal caso, la primera señal de Jesús – como la señala Juan – fue una demostración de sabiduría más que una demostración portentosa.

Esta última interpretación se apoya en el relato mismo. El énfasis de Juan no está en que Jesús convirtiera al agua en vino. Ese detalle surge casi colateralmente para que se entienda porqué el maestresala al probar el agua, elogia al vino. Esta fue la primera señal que hizo Jesús, y en consecuencia sus discípulos creyeron en él; pero la señal a la que se refiere Juan no fue el hecho de la transmutación.

como dijera El Apostol Pablo, estoy maravillado, es increible como el ser humano busca por todos los medios posibles no creer, siendo tan sencillo. Jesus convirtio el agua en vino asi lo dice la escritura, como tambien se atribuye como el primer milagro. Jesus dice que tenemos que ser como los niños, como lei, no razonan, saben que si le dan un clic sucede algo en la compu, aunque no sepan como. Asi debemos de saer y solamente creer sin temor alguno, Jesus tiene la autoridad para convertir lo que quiera en lo que desea, porque, porque a El se le dio toda la potestad tanto arriba como abajo, cree y veras la gloria de Dios, quizas me salga un poco de tema, pero yo mismo me considero un milagro de Dios, tal vez yo no soy agua, pero era otra persona, no me convirtio en vino, pero, me hizo una nueva creatura, y esto lo hizo cuando deje de usar la logica y crei lo que lei. no soy un teologo ni un erudito en la materia pero, si soy alguien que cree que Jesus convirtio el agua en vino por Su poder, porque El es Dios.
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