17-11-2016, 01:01 PM
A los amigos del grupo cristianos: Para reflexionar...(17/11/16)
¿Cómo Podemos Lavar El Corazón?
"¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón" (Salmos 24:3, 4).
Al ser invitado para ir a la iglesia, Cristiano dijo: "Tengo tantos pecados, y mis manos están tan sucias de cosas erradas que hice, que ni todo el jabón del mundo las puede limpiar". La joven que lo invitó, comentó: "Tú no necesitas lavarte las manos para quedar limpio de tus pecados. Basta lavar el corazón". "Y ¿como voy a lavar el corazón?" preguntó Cristiano. La joven concluyó: "No eres tú quien vaya a lavar el corazón. Jesús es quien debe hacerlo. Por eso, te estoy le invitando a ir a la iglesia."
Es maravilloso saber que todos nuestros pecados, sean pocos o muchos, son perdonados cuando, arrepentidos, buscamos al Señor para entrar en nuestros corazones. Él no nos critica, no nos agravia, no nos trata con indiferencia, no nos humilla delante de otras personas. Según y como habló con la mujer adúltera, en las Escrituras, habla con todos nosotros: "Yo tampoco te condeno. Ve y no peques más". En Cristo encontramos alegría, la fe que nunca tuvimos, la esperanza que ya estaba perdida, la salvación que nunca merecemos. ¡Él nos ama! ¡Quiere lo mejor para nosotros! Aún estando escondido, todos perciben cuándo nuestro corazón es lavado por Cristo. Nuestro semblante se transforma, nuestras actitudes no son más las mismas, un brillo empieza a surgir donde nunca habia sido visto antes. ¿Quiere dejar al Señor lavar su corazón?
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Paulo Barbosa Un ciego en el Internet
paulobarbosa@ministeriopararefletir.com.br Ministerio Para Reflexionar - 20 años de bendiciones __._,_.___
Enviado por: "Paulo Barbosa" <paulobarbosa.pararefletir02@gmail.com>
¿Cómo Podemos Lavar El Corazón?
"¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón" (Salmos 24:3, 4).
Al ser invitado para ir a la iglesia, Cristiano dijo: "Tengo tantos pecados, y mis manos están tan sucias de cosas erradas que hice, que ni todo el jabón del mundo las puede limpiar". La joven que lo invitó, comentó: "Tú no necesitas lavarte las manos para quedar limpio de tus pecados. Basta lavar el corazón". "Y ¿como voy a lavar el corazón?" preguntó Cristiano. La joven concluyó: "No eres tú quien vaya a lavar el corazón. Jesús es quien debe hacerlo. Por eso, te estoy le invitando a ir a la iglesia."
Es maravilloso saber que todos nuestros pecados, sean pocos o muchos, son perdonados cuando, arrepentidos, buscamos al Señor para entrar en nuestros corazones. Él no nos critica, no nos agravia, no nos trata con indiferencia, no nos humilla delante de otras personas. Según y como habló con la mujer adúltera, en las Escrituras, habla con todos nosotros: "Yo tampoco te condeno. Ve y no peques más". En Cristo encontramos alegría, la fe que nunca tuvimos, la esperanza que ya estaba perdida, la salvación que nunca merecemos. ¡Él nos ama! ¡Quiere lo mejor para nosotros! Aún estando escondido, todos perciben cuándo nuestro corazón es lavado por Cristo. Nuestro semblante se transforma, nuestras actitudes no son más las mismas, un brillo empieza a surgir donde nunca habia sido visto antes. ¿Quiere dejar al Señor lavar su corazón?
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