03-11-2014, 08:23 PM
Juan 13:22 Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba.
23 Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. 24 A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba.
25 El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?
26 Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón.
27 Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.
Para los judíos, el comer con alguien significaba que era muy íntimo, muy cercano e inclusive, es señal de profunda amistad; era considerar al otro como su igual.
Los escribas y fariseos, criticaban mucho a Jesús y sus discípulos porque comían con pecadores. Lo podemos ver claramente cuando Leví o Mateo, ofreció un banquete para Jesús, sus discípulos e invito a otros publicanos o recaudadores de impuestos y rameras.
Para un judío, era contaminarse con gente indeseable y todavía hasta nuestros tiempos se sigue esa tradición.
La santa cena del Señor, es la comunión que tenemos con el Hijo de Dios y está deseoso de volverla a comer con sus discípulos en el día postrero.
Se toma el vino de la misma copa y se come del mismo pan, que además de representar al cuerpo y la sangre del Señor; implica la intimidad profunda que hay con el Señor y su iglesia y entre los miembros de la iglesia.
Pero el que alguien coma del mismo plato, significa una profunda amistad y el Señor, le dio a Judas una deferencia con la que no tuvo con ningún otro, para que se cumpliese la escritura:
Salmo 41:9 Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía,
Alzó contra mí el calcañar.
Tan confiaba en él, que le dio el ministerio de guardar el dinero. No implica que no sabia que lo iba a traicionar, pero el Señor le ofreció todo para que se arrepintiera, pero no lo hizo. Nunca conoció al Señor como su Dios y lo entregó por codicia, lo que le costó la muerte más ilustrativa del traidor, la muerte por su propia mano de sí mismo, el suicidio.
23 Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. 24 A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba.
25 El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?
26 Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón.
27 Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.
Para los judíos, el comer con alguien significaba que era muy íntimo, muy cercano e inclusive, es señal de profunda amistad; era considerar al otro como su igual.
Los escribas y fariseos, criticaban mucho a Jesús y sus discípulos porque comían con pecadores. Lo podemos ver claramente cuando Leví o Mateo, ofreció un banquete para Jesús, sus discípulos e invito a otros publicanos o recaudadores de impuestos y rameras.
Para un judío, era contaminarse con gente indeseable y todavía hasta nuestros tiempos se sigue esa tradición.
La santa cena del Señor, es la comunión que tenemos con el Hijo de Dios y está deseoso de volverla a comer con sus discípulos en el día postrero.
Se toma el vino de la misma copa y se come del mismo pan, que además de representar al cuerpo y la sangre del Señor; implica la intimidad profunda que hay con el Señor y su iglesia y entre los miembros de la iglesia.
Pero el que alguien coma del mismo plato, significa una profunda amistad y el Señor, le dio a Judas una deferencia con la que no tuvo con ningún otro, para que se cumpliese la escritura:
Salmo 41:9 Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía,
Alzó contra mí el calcañar.
Tan confiaba en él, que le dio el ministerio de guardar el dinero. No implica que no sabia que lo iba a traicionar, pero el Señor le ofreció todo para que se arrepintiera, pero no lo hizo. Nunca conoció al Señor como su Dios y lo entregó por codicia, lo que le costó la muerte más ilustrativa del traidor, la muerte por su propia mano de sí mismo, el suicidio.