Guevara, le propongo algo. Usted ha esgrimido un argumento que cree no podemos contestar, pero se equivoca. Le propongo algo. Yo le contesto, si usted contesta esto:
¿Acepta?
Caminito escribió:Hola Guevara, buen día.
Creo que hay un versículo en la escritura que debemos ver antes de hacer "buenas" obras, fíjese:
Isaías 64:6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
La primera parte del versículo nos habla de que debemos ver si somos "como suciedad" o no. Y es que si queremos limpiar algo con un trapo sucio, por muy buena intención que tengamos, no solo no vamos a limpiar, sino que vamos a esparcir la suciedad.
Podemos intentar hacer buenas obras, pero si estamos sucios, seremos como trapos de inmundicias ante los ojos del Señor.
Las buenas obras no deben ser vistas como plataforma o tarjeta de presentación proselitista, porque entonces y en caso concreto que menciona, estaríamos usando a los pobres para ganar adeptos a nuestra personal causa, es por ello que el Señor Jesucristo nos instruye y nos dice:
Mat 6:2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 3 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, 4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Lo que trata de explicarle Don Roberto es esto. Nadie niega que debemos ayudar a la gente necesitada y que es muestra de la obra interior de Cristo en nuestro corazón; pero hasta los mismos inconversos ayudan a muchos pobres, pero su corazón no está Dios obrando, sino las razones equivocadas que perpetúan las tinieblas tanto de los altruistas, como a los que reciben el favor y no dudo que Dios use esto para ayudar a los necesitados, pero el más sublime objetivo al que estamos llamados como Cristianos, puede jamás verse y es el de darles el evangelio de salvación.
El Señor dice:
Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Si no somos salvos, las llamadas "buenas" obras, son como "trapo de inmundicia" ante los ojos de Dios, las cuales abomina.
Las buenas obras que Dios acepta y le agradan, son aquellas que nos induce a hacer como resultado de la dulce guía del Espíritu Santo el cual mora solo en los que verdaderamente han nacido de nuevo.
Le voy a decir algo que tal vez le resulte abominable, pero antes de juzgar analícelo:
Dios puede usar la pobreza para humillar el orgullo de un hombre a ver su real miseria y así contemplar su necesidad más profunda, su necesidad de Dios y podemos estar estorbando la obra de Dios al mitigar su situación. Por ello, es Dios quien debe guiarnos a hacer el bien en el momento adecuado, a Su manera y bajo su supervisión y dirección.
El orgullo obstaculiza la obra del Espíritu Santo tanto en el dador del favor, como en el receptor. Qué Dios le bendiga y nos ayude a ver Su obra para contribuir en lo que hace y su nombre sea glorificado. ¿No cree?
¿Acepta?