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...dejara el hombre a su padre y a su madre.
#1
Un versículo muy mal interpretado, y posiblemente muchas veces voluntariamente mal interpretado es el siguiente:

Gén 2:24  “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.
 
Este versículo es la delicia de algunos nueros y nueras egoístas, y que llega inclusive tan lejos como parte de una mala enseñanza dentro de algunas congregaciones denominadas “cristianas”.

El caso es que se aprovechan de tergiversar este texto con el fin de enemistar a algunos hijos con sus padres y alejarlos “bíblicamente” lo más lejos posible de ellos con una burla agregada del “papitis” o la “mamitis”.

Para entender mejor el contexto de este versículo debemos analizar la palabra clave que nos interesa, esta palabra es “dejara”. En Hebreo esta palabra es “azab” y dejando de lado algunos tecnicismos gramaticales, yendo directo al grano, según el diccionario biblico “Vine” esta palabra básicamente significa “salir de algo”. Según el diccionario Vine el contexto de este vocablo es el siguiente, y cito: El vocablo adquiere particularmente el matiz de dejar a alguien que depende de sus servicios”. 
 
O sea. Lo que en realidad dice este versículo es que el hijo o la hija que se da en casamiento ESTAN DEJANDO DE OBTENER LOS SERVICIOS OFRECIDOS POR SUS PADRES para asi dar inicio a una responsabilidad propia. ¡Eso es lo que el texto quiere decir!
 
El texto no indica a los hijos que están “dejando de darles servicios A SUS PADRES” como algunos asi parecen entenderlo.
 
Ahora bien. Dios aquí no está enseñando un abandono total de sus padres como ahora se está fomentando en círculos mal llamados cristianos. Algunos casos extremos se llega a veces a desalentar el llamar a sus padres para saludarlos con riesgo de las mofas de la “mamitis” o el “papitis”. Yo mas bien diría que hay mucha “malitis” en estas burlas.
 
Y es verdad. Hay mucha malicia detrás de ello porque la verdadera razón detrás de ello esta el egoísmo como explicaremos a continuación.
 
Muchos padres llegan a su anciana edad, completamente abandonados por sus hijos. Muchos de ellos viviendo solos de manera precaria con apenas que comer del dia a dia. Mientras que algunos  hijos gastan a menudo en excesos, que muchas veces son hasta innecesarios. Y encima de todo, para estar a las paces con Dios, cumplen religiosamente con sumas ostentosas de dinero dentro de sus congregaciones aportando con frecuentes ofrendas para recibir el aplauso de sus codiciosos y falsos maestros y la admiración de parte de sus hermanos por tan esforzado compromiso con Dios.
 
La mayoría de ellos están convencidos de que haciendo así están cumpliendo el primer y mayor mandamiento que es amar a Dios por sobre todas las cosas. Pero no se dan cuenta que en realidad están cometiendo un error tan grave que en AT ¡era castigado con la muerte!
 
Para entenderlo bien veamos lo que explica el mismo Señor Jesucristo (para una clara comprension de este texto utilice la “Biblia de nuestro pueblo”):
 
Mat. 15:3-9 “Él les respondió: -¿Y porque ustedes quebrantan el precepto de Dios en nombre de su tradición? Pues Dios mando: Sustenta a tu padre y a tu madre. El que abandona a su padre o su madre debe ser condenado a muerte.
Ustedes, en cambio, dicen: ‘Si uno comunica a su padre o su madre que los bienes que tenía para ayudarlos han sido ofrecidos al templo, queda libre de la obligación de sustentarlos’. Y así en nombre de su tradición ustedes invalidan el precepto de Dios.
¡Hipócritas! Qué bien profetizo de ustedes Isaías cuando dijo: Este pueblo me honra de labios, pero su corazón está lejos de mí; el culto que me dan es inútil, pues la doctrina que enseñan son preceptos humanos”.
 
Resaltemos un punto importante aquí. Es correcto colaborar con las necesidades del lugar de la congregación. Pero el templo no sufre la necesidad de la misma forma que un ser humano. El otorgar un énfasis exagerado utilizando como herramienta la extorsión como una ayuda al templo es enseñanza de hombres. La verdadera ayuda aquí, en este caso, la recibe una elite de aprovechados.
 
La ayuda que pide el Señor Jesucristo consiste en colaborar con los hermanos en Cristo, pero EMPEZANDO DESDE TU HOGAR CON LOS PADRES QUE SE SACRIFICARON EN TU CRIANZA.
 
Mat 25:40-46  “Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.
Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?
Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.
E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”.
 
Willy.
 
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