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LA DOCTRINA DE JEZABEL
#1
Exclamation 


LA DOCTRINA DE JEZABEL
Por: David Wilkerson

Podría dar un subtítulo a este mensaje "El Peligro de Ser Seducidos por una Falsa Doctrina". Lee Apocalipsis 2:18-29 y verás que el mismo Cristo advirtió a la iglesia contra la doctrina de Jezabel. "Toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos" (Ap. 2:20).

La palabra en griego aquí para Jezabel es un sinónimo de falsa maestra. Ella representa claramente doctrinas falsas. Jesús aclara esto mediante lo que continúa, "… a cuantos no tienen esa doctrina…" (Ap. 2:24).

Aquí está un grupo de gente de Dios, llena de buenas obras y caridad, teniendo una forma de fe y paciencia. Pero los ojos de Jesús aparecen entre ellos como llamas de fuego. Aun con todo lo que es bueno y meritorio, hay algo muy peligroso que le sigue, algo tan seductor que Cristo advierte que El enviará juicio, y hará que sean un ejemplo para todas las iglesias.

Ciertos miembros de la iglesia se estaban vendiendo a Satanás. Sus buenas obras, caridad, servicio, fe y paciencia estaban eclipsados por una seducción en la que se habían involucrado, una seducción de falsa doctrina. Estaban bajo el encanto de una enseñanza falsa, una enseñanza que vino disfrazada como la Palabra de verdad pero que de hecho era diabólica.

LA SEDUCCION DE LOS SIERVOS DE DIOS
Cristo dijo "mis siervos" están siendo seducidos. Ministros hemos llegado a esta mismísima condición peligrosa de la que Cristo nos advirtió. Hay multitudes de pastores, maestros y evangelistas completamente seducidos bajo el encanto de la doctrina de Jezabel. Estos maestros seductores a su vez están produciendo "hijos de seducción". Ellos enseñan fornicación y consumo de comida de ídolos esto es fornicación espiritual. Esto significa estar alimentándose de comida demoniaca de doctrinas que excusan el pecado.

Deseo decir en términos no inciertos, que es peligroso establecerse bajo una enseñanza errónea. Una doctrina falsa puede condenarte más fácilmente que todas las lujurias y pecados de la carne. Falsos predicadores y maestros están enviando más gente al infierno que todos los vendedores de drogas, los alcahuetes y prostitutas juntos. Esto no es una exageración -yo lo creo-. Multitudes de ciegos y extraviados cristianos están cantando y alabando al Señor en iglesias esclavizadas por doctrinas falsas, miles están sentados bajo maestros que están enseñando la doctrina de demonios -y se apartan diciendo, "¿No fue esto maravilloso?"-.

Cristo no toma este asunto a la ligera. Sus ojos están aún traspasando la iglesia, y El ha venido para advertir, para exponer y para salvar a su pueblo y a sus siervos de esta terrible seducción. Sería mejor que tomáramos esto en serio. Seriedad en cuanto a la iglesia a la que asistes. Seriedad en saber a quién estás escuchando. Seriedad en la enseñanza que recibe tu corazón.

El pueblo de Dios se está vendiendo a Satanás por todas partes entregándose ellos mismos en manos de maestros falsos y promotores de falsas doctrinas. Cuando oímos hablar de venderse a Satanás solemos creer que se refiere a los adictos y alcohólicos, prostitutas afligidas y de ateos que odian a Dios. No es así. Esto está sucediendo en la iglesia, en las reuniones de evangelio, en convenciones y en los grandes seminarios de enseñanza.

La marca de un cristiano seducido es que es "llevado de un lado a otro" buscando algo nuevo, diferente, una enseñanza extraña. La biblia advierte, "No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas" (Heb. 13:9). No sean llevados hacia allá y hacia acá, de un lado para otro. Esto no se refiere a aquellas raras veces que un creyente maduro va a escuchar a un hombre de Dios predicar a Cristo y arrepentimiento. Esto se refiere a ir corriendo de un lado hacia otro, de un seminario a una convención, de una iglesia a otra, de una reunión de milagros después de una de sanidad, sin tener raíces. Sus oídos siempre tienen comezón de oir algo nuevo, algo sensacional, algo de entretenimiento, algo placentero a la carne. Los tenemos en nuestra iglesia en Times Square -callejeros, plantas rodantes humanas que pasean los vientos de doctrinas-. Esta clase de personas no regresan porque rehusamos rasguñar oídos que tienen comezón. Ellos quieren ser acariciados, no reprobados. Así es que ellos regresan hacia sus maestros -los sosegadores, los felices pensadores positivos-. Ellos se parecen a los atenienses que "pasaban su tiempo en ninguna otra cosa sino en decir o en oir algo nuevo" (Hch. 17:21). Pablo advirtió a Timoteo, "Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oir, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias" (II Tim. 4:3).

LA DOCTRINA DE CRISTO
La marca de un creyente maduro es un rechazo a ser "fluctuante, llevado por doquiera por todo viento de doctrina…" (Ef. 4:14).
Tales creyentes no pueden ser manipulados por ningún maestro. Ellos no necesitan correr de un lado a otro porque están bebiendo de la Roca. Ellos están creciendo en Cristo. Ellos se están danto un banquete en los verdes pastos. Ellos han circuncidado sus oídos y miden a cada maestro, cada doctrina, en la medida de cuanto se conforma a la santidad de Cristo. Ellos pueden discernir todas las doctrinas que son falsas, y son rechazadas al ser enseñanzas extrañas y nuevas. Ellos han aprendido de Cristo. Ellos no serán detenidos por la música, amistades, personalidades o milagros, sino por un hambre por la Palabra pura.

Existen únicamente dos doctrinas. La doctrina de Cristo y la doctrina de Jezabel. Pablo dijo, "…para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador" (Tit. 2:10). ¿Cuál es la doctrina de Cristo? La gracia de Dios nos enseña que negando las perversas y mundanas lujurias, vivamos sobria, justa y piadosamente, en este mundo presente. (Tit. 2:11-12). La doctrina de Cristo te conformará a la imagen de Cristo. Ella expondrá cada pecado oculto y cada anhelo malo.
¿Está tu maestro reprendiendo con autoridad, hablando y exhortándote a abandonar el pecado y a quitar todos los ídolos como se instruye en Tito 2? ¿Estás aprendiendo a odiar el pecado apasionadamente? ¿O sales de la iglesia, no convencido aún profundamente? ¿Puedes dejar de adherirte a los pecados consentidos? El mensaje de la doctrina de Cristo es, "Limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios" (II Cor. 7:1).
Muchos nos escriben diciéndonos, "nuestro pastor se mantiene diciendo, ‘No estoy aquí para predicar en contra del pecado; estoy aquí para elevar a Jesús’, o, ‘Ninguna de esas predicaciones de condenación se predican desde este púlpito -no estoy aquí para reanimar el temor y la desesperación en mi gente’"-. Aun con predicadores pentecostales existen dos extremos. Algunos gritan un evangelio duro legalista y sin amor; mientras otros predican contra el pecado como cobardes retractándose de todo en el mismo mensaje. Falso amor y lágrimas de cocodrilo.

La doctrina de Cristo es una doctrina de piedad y santidad. "Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas" (I Tim. 6:3-4).
Algunos nos dicen "mi maestro habla de santidad". Pero no me refiero exactamente a que use las palabras "santo" y "piadoso"; me refiero a predicarlo con toda autoridad. La predicación de la doctrina de Cristo te bendecirá, fortalecerá y te animará, pero también te convencerá tan profundamente de tal manera que ya no podrás acomodarte en ella y al mismo tiempo estar adherido a una lujuria secreta.

LA DOCTRINA DE JEZABEL
Veamos esta doctrina de demonios y comprobemos si tu estás en peligro de estar vendiéndote a Satanás. Existen tres marcas para distinguir la doctrina de Jezabel. Todas estas fueron encontradas en la Jezabel del Antiguo Testamento, la madre y la encarnación de las falsas doctrinas. Jesús dio a Jezabel un sinónimo de falsa doctrina. Es una doctrina que enseña que algo malo puede ser bueno, que lo profano puede ser puro.

Jezabel, en hebreo significa "casta, virtuosa, sin idolatría". Imagínate, la más impía, más idólatra, astuta y odiosa mujer en toda la Biblia llamada virtuosa, sin pecado. Algo muy malo es llamado bueno. Pero irónicamente, ¿es esto "casto (puro, honesto)"? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo se convirtió en casta? ¿Cuándo? ¿Dónde?

Veamos a Acab. "Y reinó Acab hijo de hombre sobre Israel en Samaria veintidós años. Y Acab hijo de hombre hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él. Porque le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró" (I Re. 16:30-31).

Acab significa "uno como padre" o "sellado con la naturaleza de su padre". Jezabel representa doctrina falsa y Acab es su víctima. La Biblia declara que no fue suficiente que Acab tuviera un corazón inclinado hacia el pecado, idolatría y conformidad al mundo. El trajo a su vida una influencia satánica, que lo confirmaría en su pecado. "A la verdad ninguno fue como Acab que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba" (I Re. 21:25).
El mensaje es que la tendencia de los cristianos que mantienen en secreto el pecado y la lujuria será para abrazar y llegar a casarse con una doctrina falsa la cual únicamente los excitará y confirmará en sus pecados.

La última cosa que Acab necesitó fue una Jezabel. ¡Qué Peligroso! Ella sacó lo peor que había en él, lo magnificó y lo destruyó. Así es que esto ocurre con una falsa doctrina. Si hay algún pecado, lujuria o mundanalidad en ti, la última cosa que tú necesitas es una doctrina que saque lo peor que hay en ti.

Cuando David pecó con Betsabé, el no tuvo necesidad de un falso profeta con un deleitante mensaje que le dijera que tanto lo amaba Dios. El tuvo necesidad de un profeta verdadero, Natán, con un dedo amenazador, que le dijera, "Tú eres el hombre". Aquellos que predican la doctrina de Cristo le enseñan a la gente la diferencia entre lo malo y lo bueno. No hay mezcla en sus labios. "Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio" (Ez. 44:23).

Ezequiel denuncia a estos falsos profetas que se enriquecen a si mismos trayendo un mensaje que excusa el pecado. "Hay conjuración de sus profetas en medio de ella, como león rugiente que arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, multiplicaron sus viudas en medio de ellos. Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos. Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas. Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado" (Ez. 22:25-28).

Como resultado de esto, tenemos una generación entera de muchachos confundidos que aún no pueden reconocer lo malo cuando lo están viendo. Los falsos profetas los han engañado. Ellos lo llaman bueno cuando se ven rockeros con el cabello morado, vestidos como sado-masoquistas, pavoneándose y girando sexualmente en el púlpito, tocando su "rock ‘n roll". A ellos se les ha dicho que el sexo fuera del matrimonio es bueno mientras tu estés enamorado y respetes a la otra persona. Los predicadores y maestros se han convertido en los más grandes defensores del pecado en la nación.

(Continuará)
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#2
LA DOCTRINA DE JEZABEL PROMUEVE LA CODICIA


"Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres. Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama y volvió su rostro, y no comió. Vino a él su mujer Jezabel, y le dijo: ¿Por qué está tan decaído tu espíritu, y no comes? El respondió: Porque hablé con Nabot de Jezreel, y le dije que me diera su viña por dinero, o que si más quería, le daría otra viña por ella; y el respondió: Yo no te daré mi viña. Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? Levántate, y come y alégrate; yo te daré la viña de Nabot de Jezreel" (1º Re. 21:3-7).


Escuchen la doctrina de Jezabel, "Tú eres rey. Número uno. Tú tienes derechos. No permitas que nadie te impida obtener lo que deseas". Ella le dijo a Acab, "Levántate. Alégrate. Regocíjate. Te la conseguiré yo". En pocas palabras éste es el evangelio de prosperidad. "No sudes. No te sientas triste o condenado por aquellos deseos que te están devorando. Los conseguiré para ti".

Durante siglos la iglesia predicó sacrificio y censuró la codicia, llamando un pecado el ir tras las cosas materiales. Pero más adelante vino la doctrina de Jezabel diciendo, "Lo conseguiré para ti". Así como los métodos engañosos usados por Jezabel, estas doctrinas tuercen y mal emplean las Escrituras.


La más grande decepción en la iglesia moderna es el asunto de usar la Palabra de Dios para poner una señal de aprobación a la codicia. Aparentemente la doctrina de Jezabel funciona (ver 1º Re. 21:14-16). Logró que Acab obtuviera lo que él deseaba. Él se posesionó de sus derechos porque cuando un hombre era apedreado por alta traición contra el rey, todos sus derechos pasaban a manos del rey.

Nunca ha existido una pregunta respecto de por qué para muchos esta doctrina de prosperidad funciona. Como Acab, ellos están disfrutando sus posesiones. Pero Acab no pudo disfrutarla a causa de un "molesto" profeta de Dios. "Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria, he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella. Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre. Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado enemigo mío? El respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová" (1º Re. 21:17-20).


Imagínense a Acab caminando alrededor de su nueva posesión diciendo: "¿No es dulce la vida? Ah! Jezabel. Puede que no esté de acuerdo con todos sus métodos, pero ella lo logró". Pero siguiendo cada una de sus pisadas está el profeta Elías. Acab se tambaleó impactado. Él sabía lo que le esperaba. Su conciencia le dijo, "Me encontraste, enemigo mío".

Así ocurre hoy en día. Dios ha enviado mensajeros por toda la tierra, clamando en voz alta, confrontando la doctrina materialista de Jezabel, haciéndola muy incómoda como para que los cristianos disfruten de sus juguetes y adquisiciones. Ellos se han vendido. No pueden verlo, pero el pecado está detrás de todo esto. Cada vez que clamo en contra de la doctrina de la prosperidad tengo el sentir de Elías. Ustedes van a escuchar exponer aún más y más esta doctrina de Jezabel. Por dondequiera, serán escuchadas voces fuertes y claras, clamando, "Pecado. Tu gozaste vendiéndote al pecado".

JEZABEL ODIA A LOS PROFETAS DE DIOS Y A LAS PROFECIAS DIVINAS


"Acab dió a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había dicho, y de como había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos" (1º Re. 19:1-2).


Los cristianos atados por la doctrina de Jezabel no tienen consideración alguna por los santos mensajeros de Dios. Ellos se sientan fríamente, como lo hizo Jezabel, inmóvil, mientras Acab le detallaba la milagrosa exhibición de la autoridad sobrenatural en el Monte Carmelo. Escuchen a Acab, "Pero Jezabel, tal vez necesitamos escuchar. Lo vi con mis propios ojos. Nuestros profetas danzaron y gritaron por horas, pero no había poder. Elías solamente habló la palabra de Dios y el fuego cayó. La gente inclinó sus rostros en todas partes, arrepintiéndose. Ellos han dejado toda su idolatría. Dios envió un avivamiento de santidad". Pero Jezabel no estaba impresionada. Todo lo que esto hizo fue convertir su resolución en piedra.

Así sucede ahora. Los maestros de la doctrina de Jezabel y aquellos que como Acab son sus víctimas, no están abiertos a la convicción del Espíritu Santo, ni al mensaje de arrepentimiento y santidad. Ellos lo escuchan, y luego hacen lo que desean aún más determinadamente que antes en sus doctrinas. No existe el temor de Dios ante sus ojos.
La señal más exacta de un falso maestro y de una doctrina de Jezabel es apagar las advertencias proféticas y el rechazo a escuchar acerca del juicio. Ellos lo llaman abatimiento y sentencia. Ellos se ríen, se burlan y lo ridiculizan. Ellos no tienen respeto por ninguna advertencia negativa. Jeremías dice que tales pastores están ciegos y sordos. El Señor dice:  !Obedeced… "Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante" (Jer. 7:24-28).

Aquellos que enseñan la doctrina de Jezabel se dicen ser profetas. Pero existe una prueba para saber quién es profeta verdadero y quien es falso. Los profetas de Jezabel profetizan únicamente cosas buenas, solamente paz y prosperidad. "Y en los profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometían adulterios, y andaban en mentiras, y fortalecían las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su maldad; me fueron todos ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra. Por tanto, así ha dicho Jehová de los Ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra. Así ha dicho Jehová de los Ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros" (Jer. 23:14-17). Ellos no hacen que la gente se arrepienta de su impiedad. Ellos hablan de sueños y actúan tontamente en el púlpito. Son engañadores.


EL CONVENIO DE ACAB CON EL MUNDO


Acab se arrepintió con la predicación de Elías. El mensaje de Elías lo afectó profundamente. El rasgó sus ropajes y caminó por unos momentos en humildad. Dios llamó a esto arrepentimiento. "¿No has visto como Acab se ha humillado delante de mí?"  (1º Re. 21:29).  Desde ese día él pudo mirarse hacia atrás y decir, "¿Arrepentimiento? Sí. Bajo la predicación de ese gran profeta de Dios, Elías, en mi jardín de Jezreel…" Pero, lamentablemente, para él fue una experiencia única, no un diario caminar. No duró mucho. El problema era que él había hecho un pacto con el mundo. Él estaba de acuerdo con el pecado. Él había llegado a ser un hermano y amigo del mundo. "Hermano" aquí significa "afinidad", uno como yo, uno a quien respeto. Él estaba en convenio con lo que Dios había maldecido. Y así el día de hoy, existe un arrepentimiento superficial. Pero ustedes darán marcha atrás si no rompen su pacto con el mundo.


Acab proclamó amar la verdad, pero en lo más íntimo él odiaba el ser reprendido. Acab y Josafat iban a ir a la guerra contra los Sirios. Cuatrocientos profetas falsos estuvieron predicando éxito: "Vayan y serán prosperados. Ustedes pueden lograrlo". Así permanece ahí el solitario profeta que estaba en contra de los cuatrocientos falsos.
Escuchen la demanda de Acab por saber la verdad: "Y Micaías respondió: Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso diré. Vino, pues, al rey, y el rey le dijo: Micaías, ¿Iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o la dejaremos? Él le respondió: Sube, y serás prosperado, y Jehová la entregará en mano del rey. Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces he de exigirte que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehová?" (1º Re. 22:14-16). Sin embargo en su corazón él no quería escucharla; él la odiaba. Así que él encarceló al profeta.


Pastores, maestros y aquellos en la congregación, hoy en día dicen todos, "Queremos únicamente la verdad. Que se predique tal como es. Adelante. Vacíenla. No importa cuánto duela". Pero en sus corazones algunos están hirviendo, "Esto es demasiado triste. Muy duro. No puedo soportarlo".


Acab estaba ciego ante el terrible hecho de que él estaba siendo guiado por espíritus de mentira. Este espíritu de mentira no era de Dios, sino bajo su mandato. Los espíritus malos y mentirosos deben ir o venir a su palabra. Ellos no son de Dios, pero son enviados por Dios, "el Señor ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas" (1º Re. 22:22-23).

Este espíritu de mentira causó que Sedequías, un profeta falso, se jactara de que el Espíritu de Dios estaba sobre él. El Espíritu mentiroso en él, pudo declarar honestamente, "El Señor me envió". Los espíritus mentirosos son muy persuasivos -"Le inducirás"- (1º Re. 22:22). Acab estaba ahora totalmente persuadido de que él estaba escuchando la voz de Dios y que regresaría victoriosamente.

Los cristianos atados por la doctrina de Jezabel están cien por ciento seguros de que ellos están bien. No pueden ver el engaño. Acab no se fue pensando, "Micaías está bien; él tiene la mente de Dios. Los cuatrocientos son falsos; ellos no tienen una palabra de Dios". No. Él se fue totalmente convencido, totalmente engañado, totalmente seducido. Él estaba convencido de que Micaías estaba equivocado y los cuatrocientos estaban bien.


¿POR QUÉ ALGUNOS CRISTIANOS CAEN EN TAL DECEPCIÓN?

"He aquí, vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones?" (Jer. 7:8-10).
Hay una respuesta. Están coqueteando con algún pecado consentido, algún ídolo secreto en el corazón. Una justificación de pecado. Un caminar con el mundo. Una hermandad con el mundo. Luego vienen a la casa de Dios jactándose "No soy culpable"  Esta es una invitación a la más completa ruina espiritual.    


Por: David Wilkerson
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#3
Los falsos profetas y falsos apóstoles de hoy definen el éxito de los cristianos en términos de “logros, fama, reconocimientos, sanidades, bienes o riqueza material”. Se necesita ser demasiado ciego para no ver el contraste que hay entre la enseñanza del Espíritu Santo a través de Pablo, y la de Satanás por medio de los falsos profetas respecto a lo material y físico.

Pablo, en lugar de alabar por su prosperidad material a los ricos, les enseña cómo vivir. “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna”  (1ª Tim.6:17/19)

En cambio, a los creyentes pobres de Macedonia, ni les enseña, ni les exhorta, y por supuesto, no los señala de estar viviendo “bajo maldición”, sino que los coloca como ejemplo digno de imitar. “Que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas. Pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en ese servicio para los santos”  (2ª Co. 8:2/4) ¿A quién le creeremos? ¿Al apóstol Pablo o a los falsos profetas y falsos apóstoles de hoy? Hace poco, en Estados Unidos, a un predicador de la “prosperidad material y física”, se le ocurrió hablar en una conferencia sobre “el pecado y el arrepentimiento”. La reacción de los otros predicadores de la zona no se hizo esperar. Estuvieron en contra de su enseñanza, diciendo algo así: “Cómo es posible que haya cambiado su mensaje”. A excepción de uno, que dijo: “Nunca he estado de acuerdo con la enseñanza de dicho pastor; por primera vez lo estoy”. 

Y en cuanto a Timoteo, en vez de Pablo acusarlo de estar viviendo en pecado, por sus constantes enfermedades, le recomienda que tome algo de vino, como una especie de medicina casera- (1ª Tim. 5:23) Y es que la “vida abundante” (Juan 10:10) no quiere decir una salud perfecta o un estilo de vida rodeado de todo lo material, todas las comodidades, felicidad permanente, y la solución instantánea de todos los problemas. No esperemos, por tanto, que la vida cristiana sea fácil, como enseñan los falsos profetas. El proverbista la define así: “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella” (Prov.10:22)

(Anónimo)
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#4
Pero... ¿Qué es la sana doctrina?  Muy simple, son las enseñanzas de Dios incluyendo sus instrucciones, sus preceptos y mandamientos; en resumen, es cada palabra registrada desde Génesis hasta Apocalipsis.  Como dijo el propio Señor Jesucristo: “Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios” (Lc. 4:4).  No obstante, en los últimos días, muchos, si acaso no la gran mayoría de “cristianos” no soportarán la sana doctrina.
    
Entonces, ¿qué quedará?  ¡La apostasía!  Una forma de cristianismo que es un simple remedo de lo que enseña la Biblia, que acomoda los deseos de la carne bajo el disfraz de piedad, tal como dice el apóstol Pablo en su segunda Epístola a Timoteo.  Además, habrá una gran cantidad de cristianos alrededor del mundo, quienes voluntaria o involuntariamente, sutilmente o no, pero con seguridad, corromperán la sana doctrina, y el proceso ya está avanzando.


     Servimos a un Dios misericordioso que puede rescatar a un alma, incluso de las circunstancias más tenebrosas, pero quien a pesar de su gracia, no apoya la religiosidad de los hombres que tratan de servirlo de acuerdo con sus propios métodos. Un Dios que ha dicho: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.  Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Is. 55:8, 9).  De acuerdo con el grado que nos desviemos de sus caminos, estamos cayendo en la idolatría.  Tal como explicó Jesús: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Jn. 4:24).
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#5
Cómo no distraerte con doctrinas no bíblicas

Uno de los esquemas más sutiles del diablo es llevar a los creyentes lejos de la sana doctrina. Él sabe que su mejor oportunidad de inmovilizar un testimonio cristiano eficaz es a través de la distracción con doctrinas no bíblicas, cuestionables, irracionales, y cambiantes.

Incluso si no nos vemos afectados por cualquier infiltración particular de falsa doctrina, nuestro caminar cristiano puede verse obstaculizado en gran medida por la pereza, la falta de vigilancia, y la simple ignorancia sobre las bases doctrinales. La mala doctrina o una escasa comprensión de la sana doctrina nos hace vulnerables a todo tipo de malas prácticas, incluyendo un nivel débil o inexistente de integridad.

El autor de Hebreos nos recuerda que nuestra ancla, una y otra, vez nos impulsa a lo largo del camino correcto: “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.  No os dejéis llevar por doctrinas diversas y extrañas” (Hebreos 13: 8-9).
La falsa doctrina en diversas formas ha plagado a la iglesia desde los primeros días. Los falsos maestros debilitaron la iglesia primitiva, sobre todo los judaizantes legalistas en Galacia que distorsionaban el Evangelio. Durante los últimos 200 años el liberalismo teológico (una forma elegante de decir incredulidad) y el escepticismo ha socavado la iglesia y ha causado que muchas personas abandonen las doctrinas esenciales como la deidad de Cristo, la inspiración y la autoridad de la Biblia, y la salvación por la fe solamente a través de la gracia. 

Y hoy en día la iglesia evangélica profesante está debilitada por muchas influencias incluyendo el subjetivismo, el pragmatismo, la psicoterapia, un falso sentido de la tolerancia, una comprensión descuidada del Evangelio y el ecumenismo que quiere diluir y el énfasis en la doctrina.

Lo que ha cambiado es que la guerra ya no es convencional. Mientras que los liberales de la vieja escuela del pasado se comprometieron a la negación pura y simple de las doctrinas que apreciamos, los posmodernistas ahora se involucran en ataques sigilosos donde las doctrinas son raramente rechazadas, pero constantemente redefinidas. La pureza doctrinal nos da un sistema de alerta temprana precisa de los ataques desde el interior del campamento.
Pero ¿cómo puede el hombre común desarrollar una sólida comprensión de cada nueva falsa doctrina que irrumpe regularmente? Estar debidamente equipado es en realidad mucho más simple que lo primero que puede aparecer. La principal estrategia del enemigo se ha mantenido sin cambios desde que apareció en el jardín cuestionando a Dios y Su Palabra: “con que Dios os ha dicho... ?” (Génesis 3: 1). Cada herejía condenable a lo largo de la historia de la iglesia ha atacado ya sea el carácter de Dios, su Palabra, o Su evangelio. Si nos mantenemos firmes en esas doctrinas esenciales podremos resistir los ataques e incluso adoptar un pie a la ofensiva en las batallas doctrinales por delante.

Durante su ministerio apostólico, la invasión de la falsa doctrina en la vida de los cristianos en las iglesias era el mayor temor de Pablo. Él sabía que la impureza doctrinal era la fuente subyacente de todo tipo de comportamiento impío. Lo típico de los temores de Pablo era su profunda preocupación por el bienestar espiritual de los corintios: “Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo.” (2 Corintios 11:3).
Pablo también ejerció en gran medida por la situación precaria de los creyentes de Galacia:
Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. (Gálatas 1:6-7)

Se dio cuenta de que los falsos maestros pueden ser sinceros, convincentes creíbles, e incluso amables y simpáticos. Pero Pablo también estaba convencido de que las mediciones superficiales y subjetivas no son cómo hemos de juzgar la doctrina. La norma suprema es siempre la Palabra de Dios: “Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1: 8).

La pureza de la doctrina es la base fundamental sobre la que todo lo demás en la vida cristiana se apoya. Si queremos ser personas que practican la santidad personal y manifestar verdadera integridad, nuestra doctrina debe ser sólida y firme.

Escrito por: John McArthur, bajo el título: "Manteniéndose en La Sana Doctrina"
Tomado de: www.gty.org
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