16-06-2016, 12:40 AM
Jueves
Leer con oración:
Fil 3:14; Flm 11
“Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”(Ef 3:17-19)
Conocer El Amor De Cristo Para Ser Lleno De Dios
La vida de la iglesia es el ambiente en el cual Dios trabaja en nosotros como un artista trabaja en Su escultura: Dios nos está “esculpiendo”. Nuestra vida cristiana es un constante trabajar del Señor en nosotros. Por medio de las personas y las circunstancias que providencialmente son levantadas en nuestra vida, Él ejecuta Su obra transformadora en nosotros, hasta que seamos completamente como Él es, en vida y naturaleza, mas no en la deidad. Este trabajo es hecho en amor.
Cuando seguimos al Espíritu, no nos apoyamos en nuestras expectativas, sino que echamos nuestras raíces y cimientos en el amor de Cristo (Ef 3:17). Este amor es inmensurable, es decir, es ilimitado y no puede ser medido, pues excede a todo conocimiento. Sólo podemos comprenderlo junto con todos los santos. Por el amor de Cristo somos llenados de toda la plenitud de Dios (v. 18). Por eso el amor es el camino que seguimos para alcanzar la meta, el premio de reinar con Cristo (Fil 3:14).
Cuando estamos arraigados en el amor de Cristo, perdonamos a los hermanos. Entonces tenemos un camino para ayudar a los demás. El Señor nos constituyó como Sus ministros y nos está perfeccionando por medio de la práctica del amor fraternal. No merecíamos esa gracia, pero Él no sólo nos salvó, sino que también nos convirtió en canales para dispensar la gracia y las bendiciones del Dios Triuno a las personas. Ser útil al Señor no es un asunto de cuánto conocimiento doctrinal tenemos, sino que tiene que ver con cuánto seguimos al Espíritu y expresamos el amor de Cristo a los demás. Un ejemplo de esto es lo que está registrado en el libro de Filemón, donde es presentado un bello testimonio de la práctica del amor de Dios en la experiencia de Pablo. Por medio de su cuidado amoroso, el joven Onésimo fue salvo y restaurado, y pudo ser usado por el Señor, pasando de ser un siervo inútil a uno útil en Su obra (v. 11).
¿Quiere ser trabajado y volverse útil a Dios? Entonces ore: “Señor, haz Tu trabajo en mí, conforme a Tu voluntad. Lo que no está de acuerdo con Tu voluntad, lo que no puede permanecer, elimínalo, Señor. Si hay algo que debe ser quitado para que yo pueda reinar Contigo, por favor, remuévelo, Señor. Sobre todo, añade más de Ti mismo, a pesar de que soy tan natural y lleno de mí mismo, pero en este momento yo me vacío y me abro a Ti para que me llenes de Ti”. Gracias a Dios por la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo. ¡El amor del Señor es ilimitado!
Punto Clave:
¡Amor ilimitado!
Pregunta:
¿De qué manera es posible conocer el amor de Cristo?
La Iglesia en Armenia
¡Jesus es el Señor!
Leer con oración:
Fil 3:14; Flm 11
“Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”(Ef 3:17-19)
Conocer El Amor De Cristo Para Ser Lleno De Dios
La vida de la iglesia es el ambiente en el cual Dios trabaja en nosotros como un artista trabaja en Su escultura: Dios nos está “esculpiendo”. Nuestra vida cristiana es un constante trabajar del Señor en nosotros. Por medio de las personas y las circunstancias que providencialmente son levantadas en nuestra vida, Él ejecuta Su obra transformadora en nosotros, hasta que seamos completamente como Él es, en vida y naturaleza, mas no en la deidad. Este trabajo es hecho en amor.
Cuando seguimos al Espíritu, no nos apoyamos en nuestras expectativas, sino que echamos nuestras raíces y cimientos en el amor de Cristo (Ef 3:17). Este amor es inmensurable, es decir, es ilimitado y no puede ser medido, pues excede a todo conocimiento. Sólo podemos comprenderlo junto con todos los santos. Por el amor de Cristo somos llenados de toda la plenitud de Dios (v. 18). Por eso el amor es el camino que seguimos para alcanzar la meta, el premio de reinar con Cristo (Fil 3:14).
Cuando estamos arraigados en el amor de Cristo, perdonamos a los hermanos. Entonces tenemos un camino para ayudar a los demás. El Señor nos constituyó como Sus ministros y nos está perfeccionando por medio de la práctica del amor fraternal. No merecíamos esa gracia, pero Él no sólo nos salvó, sino que también nos convirtió en canales para dispensar la gracia y las bendiciones del Dios Triuno a las personas. Ser útil al Señor no es un asunto de cuánto conocimiento doctrinal tenemos, sino que tiene que ver con cuánto seguimos al Espíritu y expresamos el amor de Cristo a los demás. Un ejemplo de esto es lo que está registrado en el libro de Filemón, donde es presentado un bello testimonio de la práctica del amor de Dios en la experiencia de Pablo. Por medio de su cuidado amoroso, el joven Onésimo fue salvo y restaurado, y pudo ser usado por el Señor, pasando de ser un siervo inútil a uno útil en Su obra (v. 11).
¿Quiere ser trabajado y volverse útil a Dios? Entonces ore: “Señor, haz Tu trabajo en mí, conforme a Tu voluntad. Lo que no está de acuerdo con Tu voluntad, lo que no puede permanecer, elimínalo, Señor. Si hay algo que debe ser quitado para que yo pueda reinar Contigo, por favor, remuévelo, Señor. Sobre todo, añade más de Ti mismo, a pesar de que soy tan natural y lleno de mí mismo, pero en este momento yo me vacío y me abro a Ti para que me llenes de Ti”. Gracias a Dios por la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo. ¡El amor del Señor es ilimitado!
Punto Clave:
¡Amor ilimitado!
Pregunta:
¿De qué manera es posible conocer el amor de Cristo?
La Iglesia en Armenia
¡Jesus es el Señor!
