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La llave del entendimiento bíblico
#1
Cita:¿No pertenecen a Dios las interpretaciones?”  (Génesis 40:8)

Los buscadores de la verdad saben bien que solo a Dios pertenece la correcta interpretación de Su palabra; y que, al igual que esta fue transmitida por Su espíritu (2 Pedro 1:21), también se requiere de Su espíritu para ser entendida.

Jesús mismo anunció que “el Espíritu de la verdad” guiaría a sus discípulos “a toda la verdad” (Juan 16:13) Pablo expresó su deseo de que ‘Dios conceda espíritu de sabiduría que revele un conocimiento profundo de él’ (Efesios 1:17); y hablando sobre “el misterio de la sabiduría de Dios”, y sobre lo que “Dios ha preparado para quienes lo aman”, dijo a los corintios: “Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios […] Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el Espíritu que procede de Dios, para que entendamos lo que por su gracia él nos ha concedido”  (1 Corintios 2:7-12 NVI) “Los que no tienen el Espíritu de Dios no aceptan las enseñanzas espirituales, pues las consideran una tontería. Y tampoco pueden entenderlas, porque no tienen el Espíritu de Dios. En cambio, los que tienen el Espíritu de Dios todo lo examinan y todo lo entienden” (1 Corintios 2:14-15 TLA)


Así que, la capacidad de llegar al correcto entendimiento de la Biblia no depende tanto de la cantidad de conocimiento bíblico, y mucho menos del reconocimiento intelectual que se posea. Se trata de un don (Hechos 2:38) que Dios libremente concede mediante Su espíritu. Gracias a él podemos adquirir ‘entendimiento para aprender sus mandamientos’  (Salmos 119:73 NVI); “conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual” (Colosenses 1:9 NVI); e incluso podemos descubrir “los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Colosenses 2:2-3)


¿Quiénes reciben el espíritu santo?
Cita:Jesús dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. […]
si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
” (Lucas 11:9-13)

En efecto, Dios desea que le pidamos Su espíritu. Hemos de pedir, buscar y llamar cuantas veces sean necesarias. Pero a nuestra petición incansable debemos añadir un importante ingrediente:

Si alguno de ustedes no tiene sabiduría, pídasela a Dios. Él se la da a todos en abundancia, sin echarles nada en cara. Eso sí, debe pedirla con la seguridad de que Dios se la dará” (Santiago 1:5-6 TLA)


Hemos de confiar que nuestro Padre celestial nos ama y desea lo mejor para nosotros; por eso, podemos pedirle ‘con la seguridad de que nos la dará’. Pero hay otro factor aún más determinante:


Cita:el Espíritu Santo, el cual Dios ha dado a los que le obedecen” (Hechos 5:32 LBLA)
Cita:Dios, que conoce el corazón humano, mostró que los aceptaba dándoles el Espíritu Santo”  (Hechos 15:8 NVI)

Efectivamente, Dios conoce y acepta a quienes les obedecen con sinceridad de corazón. Es decir, el modo como utilizamos el conocimiento que ya tenemos, es lo que determina si somos aceptados por Dios, dándonos Su espíritu como muestra de su aceptación.

Por eso, hemos de preguntarnos: ¿Qué hacemos con el conocimiento bíblico que sí entendemos sin dificultad? ¿Hacemos todo lo posible por obedecer lo que ya sabemos? Por ejemplo, no se necesita ninguna revelación especial para entender lo que significa ‘amar al prójimo como a sí mismo’ (Mateo 22:39) ¿Ponemos toda nuestra voluntad en obedecer este gran, y a la vez, sencillo mandamiento? Nuestra actitud a los mandamientos básicos determina que Dios nos conceda entendimiento de Su palabra.


En esta misma línea haremos bien en recordar y tomar ejemplo del profeta Daniel. Su profunda y leal devoción hizo que Dios lo considerara “muy estimado” (Daniel 9:23; 10:11, 19) En el contexto de una visión, el ángel Gabriel le dijo: “Daniel, he salido ahora para darte sabiduría y entendimiento. Al principio de tus súplicas se dio la orden, y he venido para explicártela, porque eres muy estimado; pon atención a la orden y entiende la visión” (Daniel 9:22-23) En efecto, Dios se deleita en dar sabiduría y entendimiento a quienes le son “muy estimados”.


¿Tenemos el espíritu santo?
Cita:el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.” (Gálatas 5:22-23)

Al igual que la savia invisible de un árbol hace posible su crecimiento hasta producir fruto visible; si permitimos que el espíritu invisible de Dios fluya en nuestras mentes y corazones, éste necesariamente se debe exteriorizar en nuestras vidas por medio de cualidades espirituales que son perceptibles a todos.

Por tanto, para discernir si estamos adquiriendo el don del espíritu de Dios, debemos preguntarnos: ¿Se me conoce por ser amoroso, pacífico, paciente, bondadoso, fiel, humilde y con dominio propio? La manifestación de dichas cualidades es evidencia de que el espíritu de Dios fluye en nuestras vidas.




Por supuesto, la función y la importancia del espíritu santo va mucho más allá de la compresión de las Escrituras; pero esto debe servir para que los buscadores de la verdad bíblica tengamos muy presente que nunca podremos averiguar nada por nosotros mismos. Es esencial estar conscientes de nuestra total dependencia al espíritu de Dios; y por esa razón, necesitamos que Dios nos encuentre aptos mediante obedecer de corazón todo aquello que ya entendemos, a la vez que manifestamos el fruto del espíritu santo. Si esa es nuestra condición espiritual, Dios nos invita a pedir Su espíritu con la seguridad que nos dará la llave que nos permita entrar y descubrir “plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual” (Colosenses 1:9 NVI).

http://buscandolaverdadbiblica.blogspot.com.es/
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#2
Usymbv.

Tenemos problemas de interpretación. Dices:

“Así que, la capacidad de llegar al correcto entendimiento de la Biblia no depende tanto de la cantidad de conocimiento bíblico, y mucho menos del reconocimiento intelectual que se posea. Se trata de un don (Hechos 2:38) que Dios libremente concede mediante Su espíritu. Gracias a él podemos adquirir ‘entendimiento para aprender sus mandamientos’  (Salmos 119:73 NVI); “conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual” (Colosenses 1:9 NVI); e incluso podemos descubrir “los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Colosenses 2:2-3)”

Usymbv. Aquí “extrañamente” no citas el versiculo completo de Hechos 2:38 que dice:
 
Hch 2:38  Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
 
Esto claro, porque no encajaría lo que dices a continuación:
 
 "¿Quiénes reciben el espíritu santo?

Cita:Jesús dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. […] 
si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11:9-13)"
 
“Pedid y se os dara” no esta bajo el contexto de “pedir el Espiritu” como estas tratando de interpretar.

"En efecto, Dios desea que le pidamos Su espíritu. Hemos de pedir, buscar y llamar cuantas veces sean necesarias. Pero a nuestra petición incansable debemos añadir un importante ingrediente:

“Si alguno de ustedes no tiene sabiduría, pídasela a Dios. Él se la da a todos en abundancia, sin echarles nada en cara. Eso sí, debe pedirla con la seguridad de que Dios se la dará” (Santiago 1:5-6 TLA)"


Dios no da su Espiritu “por petición” y tu apoyo bíblico no es el correcto. Pedir a Dios por sabiduría solo puede suceder con el Espiritu morando en la persona. Dios no da Su sabiduría a un hombre natural.
 
"Hemos de confiar que nuestro Padre celestial nos ama y desea lo mejor para nosotros; por eso, podemos pedirle ‘con la seguridad de que nos la dará’. Pero hay otro factor aún más determinante:

Cita:“el Espíritu Santo, el cual Dios ha dado a los que le obedecen” (Hechos 5:32 LBLA)
Cita:“Dios, que conoce el corazón humano, mostró que los aceptaba dándoles el Espíritu Santo”  (Hechos 15:8 NVI)

Efectivamente, Dios conoce y acepta a quienes les obedecen con sinceridad de corazón. Es decir, el modo como utilizamos el conocimiento que ya tenemos, es lo que determina si somos aceptados por Dios, dándonos Su espíritu como muestra de su aceptación."

 
Vuelvo a aclarar todo lo que dices y aun lo que citas es solo dirigido a una persona nacida de nuevo. Dios absolutamente no trabaja ni le da ningun don a una persona natural porque aun es hija del diablo.

"Por eso, hemos de preguntarnos: ¿Qué hacemos con el conocimiento bíblico que sí entendemos sin dificultad? ¿Hacemos todo lo posible por obedecer lo que ya sabemos? Por ejemplo, no se necesita ninguna revelación especial para entender lo que significa ‘amar al prójimo como a sí mismo’ (Mateo 22:39) ¿Ponemos toda nuestra voluntad en obedecer este gran, y a la vez, sencillo mandamiento? Nuestra actitud a los mandamientos básicos determina que Dios nos conceda entendimiento de Su palabra."

“Amar al prójimo como a si mismo” no es como lo interpreta una persona natural.
 
"¿Tenemos el espíritu santo?

Cita:“el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.” (Gálatas 5:22-23)

Al igual que la savia invisible de un árbol hace posible su crecimiento hasta producir fruto visible; si permitimos que el espíritu invisible de Dios fluya en nuestras mentes y corazones, éste necesariamente se debe exteriorizar en nuestras vidas por medio de cualidades espirituales que son perceptibles a todos.

Por tanto, para discernir si estamos adquiriendo el don del espíritu de Dios, debemos preguntarnos: ¿Se me conoce por ser amoroso, pacífico, paciente, bondadoso, fiel, humilde y con dominio propio? La manifestación de dichas cualidades es evidencia de que el espíritu de Dios fluye en nuestras vidas. "

Hay también personas naturales que exhiben a la vista de las personas algunas de estas cualidades es por ello que otra cualidad importante que nos da el Espiritu Santo (que se escribe con mayúsculas) es también el discernimiento de espiritus. Porque hay espiritus engañadores que pretenden ser de Dios.

"Por supuesto, la función y la importancia del espíritu santo
va mucho más allá de la compresión de las Escrituras;…Dios nos invita a pedir Su espíritu con la seguridad que nos dará la llave que nos permita entrar y descubrir “plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual” (Colosenses 1:9 NVI)."


 
“¿¿¿..la función y la importancia del espíritu santo va mucho más allá de la compresión de las Escrituras…???”

La funcion e importancia del Espiritu va en comunión y comprension con las Escrituras ya que estas son inspiración Suya.
 
¿¿¿Dios nos invita a pedir Su espíritu???
 
¿Dónde dice esto? El nos pide ser llenos de Su Espiritu que no es lo mismo.
 
Algo que noto en ti Usymbv es que también tratas de subestimar la importancia de las Escrituras y lo cito:
 
“Así que, la capacidad de llegar al correcto entendimiento de la Biblia no depende tanto de la cantidad de conocimiento bíblico…”
 
“…la función y la importancia del espíritu santo va mucho más allá de la compresión de las Escrituras…”
 
 
Willy
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#3
(26-11-2015, 10:07 AM)Willy escribió: Coincido contigo en que no tenemos la misma forma de interpretar. Intentaré explicar algunas de tus objeciones


“Pedid y se os dara” no esta bajo el contexto de “pedir el Espiritu” como estas tratando de interpretar.

En Lucas 11:5-13, Jesús ilustra la disposición de Dios para dar espíritu santo a quien se lo pida. Esto se ve perfectamente en el ver. 13


Dios no da su Espiritu “por petición” y tu apoyo bíblico no es el correcto. Pedir a Dios por sabiduría solo puede suceder con el Espiritu morando en la persona. Dios no da Su sabiduría a un hombre natural.

Coincido contigo, si te fijas en el último párrafo que sirve de resumen, se aprecia el orden: primero obedecer en lo que sabemos, después pedirle Su espíritu.

  
 
“¿¿¿..la función y la importancia del espíritu santo va mucho más allá de la compresión de las Escrituras…???”

La funcion e importancia del Espiritu va en comunión y comprension con las Escrituras ya que estas son inspiración Suya.


Creo que la función y la importancia del espíritu santo va mucho más allá en el sentido de que nos ayuda a realizar la voluntad de Dios en toda nuestra vida cristiana, y no solamente en la compresión bíblica.

 
¿¿¿Dios nos invita a pedir Su espíritu???
 
¿Dónde dice esto?

"Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?" Lucas 11:13
 
  Responder
#4
Sinceramente no había prestado atención especial a este detalle del versiculo Lucas 11:13:
 
Luc 11:13  Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
 
Un texto paralelo tenemos en Mateo pero podemos notar que esta vez dice dara “buenas cosas”:
 
Mat 7:11  Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
 
Asi que Lucas 11:13 no dice el como recibir al Espiritu Santo ni tampoco el cuando iba a estar disponible para todos, que seria después de pentecostés en adelante. Este versiculo solo indica que Dios da Su Espiritu sin “tramites” de por medio o estar “rogandole” para tenerlo. El Señor se lo daría al instante mismo de la conversión.
 
El NT es claro en indicarnos como recibimos al Espiritu Santo, pero absolutamente NO viene solo como un pedido. A pesar de que se "trate" de obedecer a Dios.

Willy
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#5
Totalmente de acuerdo, Willy!   

Y permíteme complementarlo con unos  párrafos de un estudio sobre el Espíritu Santo, tomado de nuestra página "siguiendosuspisadas.com.ar"  

En los libros del Evangelio comprobamos que hasta Pentecostés el Espíritu siguió, en líneas generales, el mismo ministerio.
Juan el Bautista (Lc. 1:15 ), Simeón (Lc. 2:25 y 27), y el Señor (Mt.12:28, Lc. 4:14 y 18, Hch. 1:2) Sin duda, los milagros que hicieron los discípulos fueron hechos en el poder del Espíritu Santo. Sin embargo fue durante ese mismo período que el Señor les prometió que mandaría al Espíritu para estar en ellos para siempre (Lc.24:49, Jn. 14:16, 17, 26; 15:26, 16:13-14, Hch.1:4-5). Por lo tanto, el Espíritu estaba con ellos pero aún no estaba en ellos. "El Espíritu de verdad... mora con vosotros, y estará en vosotros." (Jn. 14:17)
 

(...)

El señor, respecto del Espíritu Santo, había dicho: "estará en vosotros" Una de las características de la presente dispensación de gracia, que comenzó el día de Pentecostés, es que el Espíritu Santo mora en todos los verdaderos cristianos. (Ro. 8:9-11, Gá. 4:6, Ef. 2:22, 1ª Cor. 6:19). Esto es verdad no solamente en el caso de creyentes especiales o muy adelantados y espirituales, dotados de muchos dones del Espíritu. Entre los corintios, por ejemplo, había creyentes manifiestamente carnales. No obstante el apóstol les escribió así: "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1ª Cor.3:16 Comp .v.3)

Tampoco es necesario agonizar, o siquiera pedir que venga el Espíritu, porque ya está en cada genuino creyente. En el instante en que uno recibe a Cristo como su único y suficiente Salvador, por la fe y de todo corazón, el Espíritu entra en su vida, para morar en él para siempre. "Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él." (Rom.8:9)


Un abrazo,
Heriberto
  Responder
#6
Para tener en cuenta:    

"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad."  (2ª Ti. 2:15-RV1909)

"(...) hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.

Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza." (2ª Pe 3:16/17)
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