• 0 voto(s) - 0 Media
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
EL MATRIMONIO
#1
Para abordar este tema, tan importante y trascendente, es necesario que examinemos primeramente lo que declaran las Escrituras respecto de la creación del hombre, en el libro del Génesis.
Leemos allí: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó.” (Gé.1:27) Esta declaración nos confirma que el hombre, siendo creado a imagen de Dios y conforme a su semejanza, (Vs.26) quedó acreditado desde su mismo origen como alguien dotado de razón, inteligencia y voluntad, que, por lo tanto, tenía sobrada capacidad para asumir sensatamente todas las responsabilidades que el Creador le habría de encomendar.

Nada se encuentra en la Palabra de Dios sobre la absurda teoría de la evolución, que sostiene, sin ningún sustento científico serio, que el hombre, a partir de su descendencia de alguna especie de mono, fue desarrollándose hasta convertirse en un ser bien parecido y civilizado.
En oposición a tal disparatada teoría, sabemos, más bien, que el hombre original, inteligente y perfecto en su creación, se degradó por los efectos de su caída en el pecado, y toda su descendencia sufrió las consecuencias de su desobediencia a la voluntad de Dios.

No obstante, Dios en su gracia nos proveyó los medios necesarios para revertir esas consecuencias, y aún es posible para cada hombre (varón y mujer) cumplir con la voluntad de Dios y disfrutar de Sus bendiciones.
Y es precisamente la voluntad de Dios lo que debemos aprender al escudriñar el tema que nos ocupa.

Cuando Dios creó al hombre, no lo hizo para dejarlo en soledad. Aunque el hombre vivía en un lugar perfecto, y ejercía el dominio sobre la creación tangible, incluyendo el reino animal, la Escritura señala que “no se halló ayuda idónea para él” (Gé.2:20)
Habiendo Dios declarado que: ”no es bueno que el hombre esté solo” (Vs.18) tomó una costilla de Adán e “hizo una mujer, y se la trajo al hombre” (Vs.22)

A partir de ese momento, Dios (no el hombre) instituyó el matrimonio, ajustado a los siguientes principios:

1) Orden del matrimonio
En el orden de Dios, la unión matrimonial debe consumarse exclusivamente entre un hombre y una mujer, en sujeción al siguiente orden:
“Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer” (Vs.24) Esto implica que el hombre deberá tener la madurez suficiente para afrontar la responsabilidad de formar un nuevo hogar, como así también la disposición de esforzarse en conseguir los recursos mínimos necesarios para ese fin, sin depender de sus padres para su subsistencia. Una vez formalizado el casamiento del varón con la mujer que ama, (no antes) la considerará su mujer, y se unirá a ella, “y serán una sola carne” (Vs.24)
La sujeción a este orden encierra una gran bendición: “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová” (Pr.18:22)
La transgresión de este orden trae aparejado juicio: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla, pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios. (He.13:4)
Establecer un noviazgo implica la voluntad de casarse con la otra persona, y nunca con fines de entretenimiento o para sacar partido en cualquier forma que fuere.

2) Indisolubilidad del matrimonio
El matrimonio fue instituido por Dios como vínculo que debe perdurar de por vida.
El Señor Jesucristo, cuando fue tentado por los fariseos en relación con el divorcio, les exhortó a que consultaran las Escrituras: “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”.
“Lo que Dios juntó” se refiere a la institución del matrimonio por Dios, y a las condiciones que Él impuso, e incluye la unión matrimonial de cualquier ser humano; y no sólo de creyentes.
Sólo en casos extremos, Dios admite la separación, pero bajo la obligada condición de que los separados no vuelvan a casarse con otras parejas, pues de hacerlo estarán cometiendo adulterio. (Mt.5:32 y 19:9)
Los fariseos, cuando recibieron la certera respuesta del Señor, opinaron: “Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse.” (Mt.19:10)
Aunque aquellos religiosos incrédulos no podían entender el verdadero alcance de los propósitos de Dios respecto del matrimonio, los creyentes no podemos ignorarlos: El matrimonio, con todas sus condiciones, fue instituido por Dios como símbolo o figura visible de la unión íntima de Cristo con su Iglesia. Así como Cristo y su Iglesia confirmarán su unión indisoluble cuando tengan lugar las Bodas del Cordero, (Ap.19:7) el matrimonio, como figura expresiva de aquella unión, tampoco debe disolverse de por vida.

No pretendemos atar cargas a quienes por alguna razón no han podido lograr el ideal de Dios, pues cada uno es responsable de sí ante el Señor. Mas bien intentamos que los creyentes que den el paso del Matrimonio no lo hagan ligeramente sino con responsabilidad y temor del Señor, sin desconocer las demandas que Dios ha establecido en cuanto al asunto.

3) Condiciones para los contrayentes:
a) El matrimonio debe formalizarse entre un varón y una mujer. Cualquier unión entre personas de un mismo sexo constituye una abominación delante de Dios (Lv.18:22 y Ro.1:26-27)

b) Dios únicamente admite el matrimonio entre personas solteras o viudas (1ª Co.7:8-9) pero nunca de divorciados, por más que las leyes humanas pretendan legitimar lo que para Dios es ilegítimo. (Lc.16:18)

c) La Palabra de Dios ordena que un hombre creyente se case únicamente con una mujer creyente, y viceversa, es decir, de su misma fe cristiana. “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos...” 2ª Co.6:14-17) La desobediencia a este mandato de Dios, deriva en serias consecuencias.

En Cantares 5:2, descubrimos un sugestivo orden que nos ilustra sobre la relación progresiva de una pareja de enamorados: “Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía...”
Primer paso: hermana mía. Un creyente no debe entablar una relación de noviazgo con quien no sea una hermana en Cristo, (o hermano, en el caso de una mujer)
Segundo paso: amiga mía. Es conveniente que quienes desean ponerse de novios, sean previamente amigos, de modo de lograr un razonable conocimiento entre sí.
Tercer paso: Paloma mía. Una sugerente analogía con la mujer virtuosa. La paloma nunca actúa como ave de rapiña. Es mansa, apacible y amigable. No es casual que la figura de la paloma haya sido adoptada como símbolo de la paz. Como ave doméstica, no requiere ser confinada en una jaula a la manera de otros pájaros, pues aunque tenga completa libertad para volar dondequiera, nunca abandonará su palomar.
Cuarto paso: Perfecta mía: La perfección no se vincula tanto con la belleza exterior como con la condición interior. “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura. La mujer que teme a Jehová esa será alabada.
Esta es la condición más importante para un matrimonio perfecto: Un hombre temeroso de Dios, uniéndose en la voluntad de Dios a una mujer temerosa de Dios.
“Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien. Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa. He aquí que así será bendecido el hombre que teme a Jehová” (Sal.128:1-4)

4) Las obligaciones básicas del matrimonio:
La Biblia ordena al marido:
a) Que ame a su mujer, así como Cristo amó a la Iglesia, y se entregó a sí mismo por ella (Ef.5:25
b) Que sustente y cuide a su mujer, como también Cristo a la Iglesia (Vs.29)
c) Que cumpla con su esposa el deber conyugal. (1ª Co.7:3)

La Biblia ordena a la mujer:
a) Que se sujete a su esposo, así como la iglesia está sujeta a Cristo (Vs. 22-24)
b) Que respete a su marido (Vs.33)
c) Que cumpla con su marido el deber conyugal (1ª Co.7:3)

De ningún modo pretendemos haber agotado el tema aquí. Sólo hemos querido compartir algunos principios sencillos para evitar que nuestros jovenes cometan errores que puedan desmoronar su unión matrimonial, por ignorar el orden de Dios.
  Responder
#2
Hermano, excelente aporte y dice bien, el tema no se agota pues es muy extenso y quiero pedirle que me acepte un complemento sencilla, pero lo considero muy importante.

Es importantísimo entender que dos personas son muy diferentes y que si esas diferencias hicieron unirlas, también puede crear conflictos y una parte importante de ello son las mutuas expectativas que se tienen.

Como humanos en nuestro lado adámico tendemos a ser egoístas y normalmente pensamos más en las cosas que esperamos recibir de nuestra pareja que en lo que estamos dispuestos a dar y ami me gusta utilizar el versículo Mateo 7:12 que nos muestra muy claramente como debemos enfocar no solo nuestra relación de pareja, sino con todas y cada una de nuestras relaciones pues dice:

Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

¿Que tiene que ver este versículo con el tema? Bueno, qué toda aquella larga lista de expectativas que tenemos de nuestra pareja; por mandato divino, debe ser la manera en que debemos amarla guradando siempre el marco específico de directrices que usted, hermano, tan atinadamente a dado en su mensaje.

"Esto ¿Significa que debo llevarle el desayuno a la cama a mi esposa?" Si eso es lo que esperas que ella haga por ti, indudablemente debes llevarle el desayuno a la cama.

"Entonces, ¿Debo llevarle flores a mi esposo sorpresibamente a su trabajo?" Si, si eso es lo que esperas de él, así es. Pero cuidado, esto no obliga a su pareja a demostrar de esta determinada forma su amor; como yo, mi pareja está obligada a demostrar su amor como a mi pareja le guste ser amada y yo debo estar receptivo a su manera de amar.

Si nuestras expectativas están enmarcadas así, siendo la palabra de Dios nuestra carta magna de normatividad en nuestro hogar, es muy seguro que no sufriremos muchas decepciones y nuestras diferencias individuales seguirán siendo los interesantes vínculos de unión.

Sino, ¿Por qué Dios nos haría tan diferentes?

Dios los bendiga

Caminito
(Gálatas 2:20)
  Responder
#3
Muy lindo lo que pusiste sobre el matrimonio, aunque tengo una objecion constructiva, sobre las "Obligaciones básicas del matrimonio", son en verdad deberes reciprocos. Bendiciones
  Responder
#4
Question 
Perdón , no entiendo su comentario. Lo quiero interpretar como una pregunta. Y si me permite lo pondré así. "¿Son las obligaciones básicas del matrimonio deberes recíprocos?"

Si es así como lo dijo, mi pregunta sería ¿A qué le llama usted obligaciones básicas?

El hermano Heriberto da un cuadro muy completo del marco básico en le que debe moverse el matrimonio de acuerdo a la escritura y de ahí, todo cristiano en pleno uso de sus facultades físicas y mentales está obligado.
  Responder
#5
Bueno, cuando escribí obligaciones "básicas" me refería a algunos aspectos elementales claramente descriptos en las Escrituras, sin pretender abarcar todas las cuestiones inherentes a la relación matrimonial.
En cuanto a los deberes "recíprocos" muchos lo son, mientras que otros no, ya que existen ciertos mandamientos muy específicos para cada una de las partes.
Evidentemente el tema no se agotará con unas pocas líneas, y quedan aún muchas cosas por considerar.
  Responder
#6
Emiregracia, comento que los deberes básicos del matromonio son recíprocos.

Los dos estamos sujetos al Señor y en su palabra están los deberes básicos del matrimonio y Heriberto los ha expuesto de manera muy clara.

Me parece que Emiregracia se refiere a los que-haceres de limpieza de la casa-habitación en donde habita el matrimonio.

¿Es eso, Emiregracia?
  Responder
#7
Una pregunta:si la persona,(ya sea el marido o la esposa )deja de amar o no aguanta a su conyuge,porque se equivocó,por no pedir la dirección del Señor,por lo que sea¿debe seguir ligado/a a esa persona aunque no la ame?sé de un caso,que por "el que dirán"el esposo no se separaba aunque no soportara a su esposa y la maltratase de palabra¿de verdad eso es lo que quiere el Señor?
Saludos
  Responder
#8
Hola Tessa:

Bendiciones para tu vida.

Necesitamos saber primero ¿A qué le llamas amor?

Esta es la pregunta medular para poder disernir corretamente el problema. ¿Qué es amor? Y también ¿Quién lo dice?

¿Es el amor algo limitado al criterio relativo de cada persona? o ¿Es algo que está claramente definido por Dios? ¿Qué dice el hombre que es amor? y ¿Que dice Dios acerca de el amor?

Cuando la palabra de Dios no es la que da directríz a la vida matrimonial, todo es un caos. Es como cuando compras un aparato electrónico, sino lees el instructivo, lo más seguro es que el aparato no cumpla fielmente los propósotios para los que fue hecho y por su mal uso, no tarde mucho en descomponerse.

Hay que volver a las escrituras, donde nos muestra lo que debe hacerse en cuanto al perdón, el amor y la aceptación.

El pacto matrimonial es unilateral, es decir que cada parte está comprometida con la otra aun cuando el otro no cumpla con su parte.

La separción o divorcio, en el matrimonio cristiano está prohibido y no es opción, por lo que se ven las partes obligadas a buscar ayuda dentro del marco de la escritura, con el pastor o algun hermano capacitado por Dios en su palabra y en su Espíritu en consejería.

¿Sabes que estas circunstancias en las que se encuantra el matrimonio es la mejor oportunidad para conocer lo que es el amor verdadero de acuerdo a los parámetros de Dios?

Es el momento más propicio para descubrir a la pareja con que uno se ha casado.

Busque ayuda y regrese a su comunión con el Señor. que no le importe el que diran de la gente, sino lo que dice Dios de su matrimonio.

Le sugiero leer de nuevo el atinadísimo aporte del hermano Heriberto, creo que si lo medita con calma encontrará bendiciones, pues está expuesta la palabra de Dios conserniente a este tema.

Dios los bendiga.
  Responder
#9
wendy
exelente documento. El matrimonio de acuerdo al plan de Dios fué empañado con la desobediencia del hombre desde el huerto del Eden. Dios siempre penso en un matrimonio donde reina el amor (Dios). El amor no es un sentimiento, el amor es una decisión, lo vemos trazado a lo largo de la palabra y un ejemplo grande de amor es CRISTO quien amó y ama a la iglesia y que vino a servirla y no esperó que esta le sirviera a él. Cristo murió por ella, antes de que esta le recibiera y aceptara su amor.
Si la relación matrimonial es igual a la relación de Cristo con la iglesia (cristo el esposo, la iglesia la esposa); entonces devemos pintar el cuadro para no perdernos en lo que Dios quiere para el matrimonio.
  Responder
#10
Hola Wendy. Big Grin

Bendiciones para su vida.

No comprendí claramente su cometario:

El matrimonio de acuerdo al plan de Dios fué empañado con la desobediencia del hombre desde el huerto del Eden.

El matrimonio lo instituyó Dios antes del pecado de desobediencia, pero su comentario no lo comprendo. ¿Me lo explica? Gracias.

Big Grin
  Responder


Posibles temas similares…
Tema Autor Respuestas Vistas Último mensaje
  Alto tribunal francés ratifica el matrimonio tradicional Heriberto 0 2,751 10-02-2011, 09:34 PM
Último mensaje: Heriberto

Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 1 invitado(s)