01-05-2013, 07:56 PM
1 Samuel 15:22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
Una familia fue a un día de campo, cerca de un bosque. Los padres acomodaron la comida en una mesa hecha de troncos, mientras los hijos corrían y jugaban muy contentos con la pelota. Mientras jugaban, la pelota fue a dar cerca de un árbol cuyas ramas iniciaban a poca altura y el menor de sus hijos fue por ella y sin más el papá le dijo con voz autoritaria.
-¡Juan! Detente, quiero que muy despacio flexiones tus rodillas, te acuestes y des tres vueltas sobre tu costado derecho, te levantes y vengas corriendo hacia mí.-
Juanito, extrañado se detuvo de inmediato, flexionó sus rodillas, se recostó y dio tres vueltas sobre su costado derecho tal y como su papá se lo había ordenado y de pronto se levantó y corrió a los brazos de su padre y cuando volteó a ver el árbol del que se había alejado, vio un enorme serpiente que estaba cerca de una de las ramas a las que peligrosamente se había acercado. Su papá lo abrazó cariñosamente y lo besó con lágrimas en los ojos sintiéndose muy orgulloso por la obediencia de su hijo.
Su obediencia, le salvó la vida.
La mejor adoración a Dios es nuestra obediencia, sus mandamientos nos protegen de perder la vida llena de propósito y gozo, nada puede agradar más a nuestro Padre celestial que nuestra obediencia. Los cantos de alabanza, los tiempos de adoración ciertamente le son agradables, pero nada llena más Su corazón que nuestra obediencia que busca protegernos y mostrarse a sí mismo a nuestras vidas.
Juanito, no entendió las razones por las que su papá le ordenaba lo que le ordenaba, pero ciertamente no la cuestionó, sino que lo obedeció y agradó plenamente a su padre provocándole lágrimas de orgullo.
El Señor Jesucristo dijo:
Juan 4:34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
El obedecer a su padre celestial le es tan necesaria, como el alimento al cuerpo lo es para nosotros. Qué ese sea nuestro deseo y logremos mostrar el carácter de Cristo en nuestras vidas.
Caminito
Una familia fue a un día de campo, cerca de un bosque. Los padres acomodaron la comida en una mesa hecha de troncos, mientras los hijos corrían y jugaban muy contentos con la pelota. Mientras jugaban, la pelota fue a dar cerca de un árbol cuyas ramas iniciaban a poca altura y el menor de sus hijos fue por ella y sin más el papá le dijo con voz autoritaria.
-¡Juan! Detente, quiero que muy despacio flexiones tus rodillas, te acuestes y des tres vueltas sobre tu costado derecho, te levantes y vengas corriendo hacia mí.-
Juanito, extrañado se detuvo de inmediato, flexionó sus rodillas, se recostó y dio tres vueltas sobre su costado derecho tal y como su papá se lo había ordenado y de pronto se levantó y corrió a los brazos de su padre y cuando volteó a ver el árbol del que se había alejado, vio un enorme serpiente que estaba cerca de una de las ramas a las que peligrosamente se había acercado. Su papá lo abrazó cariñosamente y lo besó con lágrimas en los ojos sintiéndose muy orgulloso por la obediencia de su hijo.
Su obediencia, le salvó la vida.
La mejor adoración a Dios es nuestra obediencia, sus mandamientos nos protegen de perder la vida llena de propósito y gozo, nada puede agradar más a nuestro Padre celestial que nuestra obediencia. Los cantos de alabanza, los tiempos de adoración ciertamente le son agradables, pero nada llena más Su corazón que nuestra obediencia que busca protegernos y mostrarse a sí mismo a nuestras vidas.
Juanito, no entendió las razones por las que su papá le ordenaba lo que le ordenaba, pero ciertamente no la cuestionó, sino que lo obedeció y agradó plenamente a su padre provocándole lágrimas de orgullo.
El Señor Jesucristo dijo:
Juan 4:34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
El obedecer a su padre celestial le es tan necesaria, como el alimento al cuerpo lo es para nosotros. Qué ese sea nuestro deseo y logremos mostrar el carácter de Cristo en nuestras vidas.
Caminito