25-09-2015, 01:20 PM
Claro, Caminito. El punto es someterse a la voluntad del Señor, sin querer imponer la nuestra a cualquier precio.
Y en el caso que tratamos respecto de la adopción, una decisión en un sentido u otro puede ser una gran bendición o también un gran problema. Es un asunto personal en el cual no se puede establecer otro método que la comunión íntima con el Señor, para recibir de Él la luz necesaria, y no cometer errores.
No creo que hoy la voluntad del Señor se manifieste en el azar, pero tampoco en nuestros mejores sentimientos.
Conocí a alguien de gran corazón que por su gran sensibilidad adoptó varios niños necesitados. El problema es que sus hijos propios se sintieron desplazados, lo que a la postre le provocó problemas. Y ni aún esos n¡iños adoptados fueron capaces de mostrarle su gratitud. Sus genes pudieron más que la contención y buena educación que se les prodigó.
Claro que no critico a mi hermano. Seguramente recibirá la recompensa del Señor por su obra de amor, pero lo que quiero explicar es que no siempre los resultados inmediatos son ideales. Si alguien que no tiene hijos simplemente quiere tenerlos para su propia satisfacción, debe saber que en algún momento puede sufrir grandes frustraciones y amarguras.
No estoy cargando las tintas. Sin duda que esto también podría ocurrir con los hijos propios "nacidos en casa", y obviamente que necesitamos criarlos en el temor del Señor, de modo que ni aún cuando fueren viejos se aparten del buen Camino. ¿Quién es suficiente para esto, sino sólo el Señor con Su lugar en el hogar? Esto incluye que desde niños conozcan la sana doctrina bíblica, para que sepan que Dios tiene hijos, pero no nietos. Quizás sea un buen asunto para tratar por separado, dado que hay mucha confusión en estos días en muchos que suponen haber heredado la fe, e incluso los dones, de sus padres, especialmente cuando esos padres fueron siervos reconocidos.
Quedan muchos aspectos que quizás alguien más pudiera aportar.
Gracias, Edison, por los esclarecedores ejemplos que citaste, Biblia en mano!
Abrazos,
Heriberto
Y en el caso que tratamos respecto de la adopción, una decisión en un sentido u otro puede ser una gran bendición o también un gran problema. Es un asunto personal en el cual no se puede establecer otro método que la comunión íntima con el Señor, para recibir de Él la luz necesaria, y no cometer errores.
No creo que hoy la voluntad del Señor se manifieste en el azar, pero tampoco en nuestros mejores sentimientos.
Conocí a alguien de gran corazón que por su gran sensibilidad adoptó varios niños necesitados. El problema es que sus hijos propios se sintieron desplazados, lo que a la postre le provocó problemas. Y ni aún esos n¡iños adoptados fueron capaces de mostrarle su gratitud. Sus genes pudieron más que la contención y buena educación que se les prodigó.
Claro que no critico a mi hermano. Seguramente recibirá la recompensa del Señor por su obra de amor, pero lo que quiero explicar es que no siempre los resultados inmediatos son ideales. Si alguien que no tiene hijos simplemente quiere tenerlos para su propia satisfacción, debe saber que en algún momento puede sufrir grandes frustraciones y amarguras.
No estoy cargando las tintas. Sin duda que esto también podría ocurrir con los hijos propios "nacidos en casa", y obviamente que necesitamos criarlos en el temor del Señor, de modo que ni aún cuando fueren viejos se aparten del buen Camino. ¿Quién es suficiente para esto, sino sólo el Señor con Su lugar en el hogar? Esto incluye que desde niños conozcan la sana doctrina bíblica, para que sepan que Dios tiene hijos, pero no nietos. Quizás sea un buen asunto para tratar por separado, dado que hay mucha confusión en estos días en muchos que suponen haber heredado la fe, e incluso los dones, de sus padres, especialmente cuando esos padres fueron siervos reconocidos.
Quedan muchos aspectos que quizás alguien más pudiera aportar.
Gracias, Edison, por los esclarecedores ejemplos que citaste, Biblia en mano!
Abrazos,
Heriberto