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DIEZMO
#31
Saludos SERMOVA, sabes el hecho que un pastor no tome los diezmos como su salario a su labor, no lo hace un mezquino yo tambien he visto con mis propios ojos lo que usted ha visto, pero cuando hablo de emzquino me refiero a aquel que no presenta su diezmo al Senor con la escuza que hace rico al pastor como si el diezmo fuera suyo, y desconoce que el diezmo es de Dios y Dios sabra a quien darselo y tambien sabra juzgar a quel que lo tome y no se lo haya ganado como tambien juzgara a quel que no lo presenta.

Saludos SERMOVA Arismel.
#32
saludos Edison solo dame una repuesta biblica y no un comentario, presenta esa disposision finaciera para la iglesia cosignada en la epistolas.

Saludos Arismel
#33
arismel perez escribió:saludos Edison solo dame una repuesta biblica y no un comentario, presenta esa disposision finaciera para la iglesia cosignada en la epistolas.

Saludos Arismel

Aquí tienes una respuesta bíblica cuya doctrina se halla consignada en las epístolas, por hermanos de nuestras asambleas y de fácil comprobación por cualquier creyente por más sencillo que sea, además, te añado los principios de ofrendar para que los compartas con tu gente.

LAS FINANZAS DE LA ASAMBLEA

EL OFRENDAR Y EL SOSTÉN DE LA OBRA

por Hildebrando Gil

LO QUE ESTABLECIÓ LA LEY

Durante el régimen legal, existían dos maneras de traer cosas de valor material a la presencia de Dios, siempre con el fin de que en todo lo relacionado al culto, no faltara nada, ya fuera para ofrecerlo directamente al Señor o para el sostén personal de los llamados a esto.
Había las ofrendas obligatorias, y las ofrendas voluntarias. Las primeras eran de carácter impositivo, que encerraba tanto a los primogénitos de los hombres como de los animales, así como las primicias de todos los frutos de la tierra, incluyendo también el diezmo de todo tipo de ingreso.

(A) COSAS OBLIGATORIAS

1. LOS PRIMOGENITOS

En referencia a éstos, en Éxo_13:1-2, Dios establece “MIO ES” en cuanto al primogénito humano. Este debía ser redimido por un cordero, el que a su vez era sacrificado. El argumento divino sobre este mandamiento estaba basado en lo que había sucedido en Egipto la noche que Dios pasó, “NOCHE PASCUAL”, cuando comieron el cordero asado al fuego, cuya sangre había dado protección al primogénito de la familia israelita, y cuando todo Egipto lloraba la muerte de los suyos. Esta historia debía debía ser contada a los descendientes. ¿Con qué fin? La nación toda debía conservar permanentemente el recuerdo de una deuda que no podía ser retribuida a Dios jamás. ¿Cuál? La de la salvación por sangre la noche de la redención por poder.
En cuanto al primogénito del asno, éste tenía que ser redimido por un cordero, o de lo contrario tenían que quebrarle la cerviz (Éxo_13:13) Esta obligación regía para todo tipo de bestia, porque de Jehová “era” todo macho primogénito (Éxo_13:15), de manera tal que, cuando un hebreo traía el primogénito, no estaba regalando a Dios nada. Solamente estaba entregando lo que de antemano Dios había apartado para sí, lo que era de Jehová.

2. LAS PRIMICIAS

En cuanto al fruto de sus labranzas, Dios estableció que las primicias eran de Él y ninguno podía permitirse la libertad de tardarse en la entrega (Éxo_22:29). Nos podemos preguntar, ¿Por qué tanta premura? No nos será difícil encontrar la respuesta. Reverentemente pensamos, puesto que Dios no es de naturaleza humana, al mostrar tan especial interés por cosas materiales como éstas, es evidente que la razón de todo era el cuidado particular de Él a favor de la familia levítica que había sido escogida para el servido en el Tabernáculo.
Al mismo tiempo, el Señor de la mies propiciaba la oportunidad de que cada hebreo le rindiera culto de acción de gracias por los frutos de la tierra. La lluvia, la fertilidad, el crecimiento, todo venia de Dios, como dádiva de amor. El campesino israelita debía reconocer todo esto; la consideración se traducía en adoración y alabanza a Jehová.
Debemos destacar que los últimos tiempos de Israel fueron de dura esclavitud. De no haber sido por la intervención del Todopoderoso, no solamente les hubiera sido imposible quitarse aquel yugo, sino que ningún derecho les hubiera asistido sobre ningún bien de naturaleza material. En otras palabras, no habrían pasado de ser nación esclava y arruinada. Pero por la intervención divina, las cosas fueron diferentes de modo tal que Dios no estaba despojando a nadie de lo que no le correspondiera, sino de lo que legítimamente le correspondía a El.

3. LOS DIEZMOS

Además de librarlos de Egipto, Dios les dio gratuitamente en herencia, una tierra que fluía leche y miel. Sus cosechas eran abundantes cuando en obediencia, ellos seguían los caminos de Dios. De estas riquezas, Dios había dado a la nación el 90% y retenido para sí el 10%, con el fin de traspasarlo a los servidores del santuario para su diario sostén. Cabe aquí la posibilidad de que la mente distorsionada y el cómodo egoísta pudiera decir, ¿Por qué hemos de trabajar para mantenerlos a ellos? ¿No pueden oficiar en el Tabernáculo alternando este servicio con las labranzas del campo? Dios, en una previsión de esto, privo a los servidores del santuario de toda herencia material, de modo que no disponían de tierras para labrar. Debían depender en todo de estas provisiones. Él dijo al levita: “Yo soy tu parte y tu heredad”. El les sostendría con su propio y legitimo diezmo. Todo maligno pensamiento sobre este procedimiento de Dios quedaba eliminado (Núm_18:20-21) Sin embargo, es evidente por lo que leemos en Mal_3:8-11, que la nación israelita despojo a Dios de su pertenencia, de lo que era de Él, de su diezmo, robándole con descaro, pero su pecado es denunciado por Él mismo. He aquí los cargos: “Vosotros me habéis robado”; a lo que responden: “¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas”. Y seguidamente es pronunciada la sentencia: “Malditos sois con maldición, porque vosotros la nación toda, me habéis robado”. ¿Robará el hombre a Dios? ¿Podrá quedar impune? Sobre este particular, llamo la atención al lector, como algo impregnado de solemnidades. Esta denuncia con su respectiva sentencia ha llegado al conocimiento del universo entero, es decir, lo sabe el mundo invisible y el visible. ¡Oh, si pudiéramos prever las consecuencias de nuestros hechos!

(B) LAS OFRENDAS VOLUNTARIAS

En cuanto a las ofrendas, éstas, a diferencia de los diezmos, llevaban el distintivo VOLUNTARIAS. Podía considerarse como un honor o privilegio poder tener aceptación delante de Dios como ofrendante, puesto que El no habría aceptado, por ninguna razón, ni bajo ninguna circunstancia a ningún pagano, ya que su trato era exclusivamente con su pueblo. Así, pues, cualquier persona que en su corazón sentía el deseo de traer diezmo extra, estaba en plena capacidad de hacerlo. No puede discutirse que en todos los tiempos ha habido los seres, humanos con una particular tendencia a la liberalidad espontánea, impulsados solamente por un entrañable afecto a Dios. Asaf dijo: “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? y fuera de ti nada deseo en la tierra” (Sal_73:25).
Por este mismo sentir fue que, cuando Dios solicitó las ofrendas voluntarias que fuesen el producto de la generosidad del corazón para la construcción del Tabernáculo, el pueblo respondió como suele responder el pueblo de Dios, trayendo oro, plata, cobre, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabra, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, piedras ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral. Siendo tanto el acopio de materiales, sobrepasó a las necesidades (Éxo_25:1-7, Éxo_36:2-7). De modo que el campo de las ofrendas de la antigüedad, solamente las reglamentaban el corazón y la voluntad del individuo.
Después que el Tabernáculo fue construido y que Dios estableció sus reglas, él aceptaba ofrendas, ya fuera buey, oveja, cabrito, palomino, flor de harina, aceite, incienso, sobre esta misma base: de corazón y buena voluntad (Lev. 1 al 3). Esto lo ha debido observar Israel hasta estar presente el Señor Jesús que es la expresión pura del corazón y buena voluntad de Dios. Por esa razón, cantaron los ángeles el día de su nacimiento: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres”.
Pero de nuevo indicamos que Israel se había desviado, cayendo en un frío formalismo legal (apariencia de piedad). El Señor condenó la religiosidad externa. Ellos tenían la letra de la ley; el Señor dio ejemplo de cumplir con el espíritu de la ley. El dijo: “no penséis que he venido para abrogar la Ley o los Profetas… sino para cumplir” (Mat_5:17). Siendo pues Él, el promulgador de la Ley y el inspirador de los profetas, no era extraña la reprensión dada a los líderes religiosos: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello (respecto a los diezmos) (Mat_23:23).
Queda comprobado igualmente que el Señor vio con beneplácito al que ofrendaba de todo corazón y buena voluntad; porque estando sentado delante del arca de las ofrendas, vio venir una viuda pobre a depositar su ofrenda. Después que lo hizo, Él llamó a sus discípulos y les dijo: ‘De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado lo que les sobra; pero esta de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento” (Mar_12:41-44).
Es pues, imposible que el Señor pase por alto la generosidad y el amor, mostrados por los piadosos que comunican en sentido práctico con su obra, sin que cuente para nada el volumen o cantidad, sino que lleve impreso el ribete, “de corazón y buena voluntad”. También es de notar que no eran muchos los que traían en sus ofrendas este distintivo. El Señor vio solamente una viuda; de los demás dice que pusieron las sobras. Esto nos revela la conducta del humano corazón bajo el régimen legal; no solamente robó a Dios sus diezmos, sino que menospreció el privilegio de ofrendar en sentido legítimo.

CRISTO OFRENDA POR EXCELENCIA


Primeramente Él se ofreció a si mismo por nuestros pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios; ofrendándonos (a los creyentes) con perfecta espontaneidad, su amor, 2Co_5:14; su vida resucitada, 2Co_4:10; su mente, 1Co_2:16; su espíritu, Efe_1:13; su ejemplo, Jua_13:15; sus riquezas, 2Co_8:9, etc. El Señor es el ejemplo supremo, el perfecto dechado. Es Cristo quien marca la pauta a seguir en esta era apostólica. No nos rigen mandamientos de rigor, sino mandatos de amor en esta época de la Iglesia.

LA EPOCA DE LA GRACIA

A los creyentes, nuestro Libertador y Salvador no nos impone diezmos, ni ninguna otra carga de índole material que lleve carácter obligatorio. Pero, nos dejó abierto y expedito el camino del amor, de la justicia, de la misericordia y de la fe, cosas en las cuales fallaron los israelitas en su estado natural. Él, sí, trilló este camino para que nosotros, sus nuevas criaturas, andemos por Él. Contamos además, con una exhortación de sus propios labios: “Ejemplo os he dado, para que como yo he hecho, vosotros también hagáis” (Jua_13:15); de modo que no debemos permitir que nadie ni nada nos prive del honor y privilegio de traer al alfolí del Señor nuestras ofrendas voluntarias, impulsados solamente por un corazón agradecido hacia aquel que nos amó primero, de quien es todo lo que somos y tenemos; y, más aún de quien es todo lo que hemos de ser en la eternidad.
Con esto por delante, notemos este mandamiento: “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana, cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado” (1Co_16:1-2). Este término, “según haya prosperado”, es ilimitado. Aquí puede ocurrir lo que hace años oí en referencia a un hermano muy poderoso económicamente, el cual colocó en sus fábricas de tractores un letrero que decía: “No que de mi dinero dé a Dios, sino que del dinero de Dios retengo un poquito para mi” Pues, bien, traemos nuestras ofrendas al cepillo; cada uno de nosotros, y allí quedan. Y, queda también con el Señor la capacidad de ver y juzgar si son de corazón y buena voluntad o no.

Ese dinero, según la palabra de Dios se trae con el fin de ser despachado a los destinatarios. ¿Quienes son? A la luz del Nuevo Testamento, tenemos:

1. Los santos pobres (2Co_8:9). Sobre este particular, el Señor dijo: “siempre tendréis a los pobres entre vosotros y cuando queráis, les podréis hacer bien” (Mar_14:7). Pablo dijo que, cuando fue a Jerusalén, Jacobo, Pedro, y Juan “solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres, lo cual también procuré con diligencia hacer” (Gál_2:10). Creemos que él mismo exhortó a los escogidos, al pasar por las iglesias de Macedonia, Galacia y Acaya para llevar las preciosas ofrendas a los santos pobres de Jerusalén (1Co_16:1-4)

2. Los obreros en los trabajos del evangelio. El apóstol Pablo esgrime un poderoso argumento contra sus mezquinos detractores que quisieron privar a los corintios del privilegio de cuidar, en sentido práctico, al que era su padre espiritual, quien les había ganado para Cristo, para luego formar la asamblea. El escribió en 1Co_9:14: “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio”
Está claro que las asambleas congregadas en el nombre del Señor (en Venezuela o en cualquier lugar del mundo), sujetándose a la Palabra de Dios, no reciben dinero del gobierno ni de personas no convertidas, ni siquiera de creyentes que no son miembros. Tienen como única fuente de ingresos los recursos económicos del pueblo del Señor en comunión dentro de las asambleas. De este dinero, deben vivir los que se han dedicado a tiempo completo a la obra del evangelio. También de estas ofrendas dependen las obras de evangelización, como la impresión de tratados (las imprentas evangélicas, etc)

3. Otros destinos:

Las iglesias, al principio, no estaban rodeadas de las mismas circunstancias que las de hoy, especialmente en lo relativo a lugares de reunión. En la Palabra de Dios, leemos que lo hacían generalmente en casas particulares. Hoy se hacen necesarios edificios propios y es muy lógico suponer que sea el pueblo del Señor con sus ofrendas, el que tenga que financiarlos, y después de construidos, mantenerlos. Este es un destino legítimo e indispensable, como los gastos normales de la asamblea.
¿Están enviando los ancianos de las asambleas, a estos destinatarios los recursos adecuados para cubrir sus necesidades?
¡Sea el Señor nuestro juez! Israel ha sufrido la disciplina de Dios y el reproche ante el mundo entero por haber errado en sus deberes. La iglesia con mayores privilegios, tiene mayores responsabilidades y debemos cuidar de cumplir cabalmente de todo corazón y buena voluntad, lo que el Señor ha pedido de nosotros. “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apo_22:12)

LOS PRINCIPIOS DE OFRENDAR

Por Neal R. Thomson

El Nuevo Testamento nos instruye claramente acerca de la forma de ofrendar. CADA CREYENTE DEBE HACERLO:

I. VOLUNTARIAMENTE

“Si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según le que no tiene”. “Cada uno dé como propuso en su corazón; no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2Co_8:12, 2Co_9:7)
Si damos bajo presión porque nos piden, o si damos porque los que recogen saben la cantidad, entonces estamos dando “por necesidad” y con cierto recelo. Los que dan el diezmo porque está exigido, dan “por necesidad”, porque es obligatorio. El sistema de recoger la ofrenda sobre Un plato abierto, o en sobres con el nombre escrito, no es correcto, de acuerdo con estos versículos citados.
En relación a las ofrendas para el Templo, David exhortó al pueblo de Dios a dar voluntariamente. Una palabra de exhortación es necesaria para estimularnos a dar. Pablo hizo así: “Tuve por necesario exhortar a los hermanos que... preparasen primero vuestra generosidad antes prometida (sus dones para los santos pobres) para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra” (2Co_9:5). Cuando se da en secreto, entonces la ofrenda no es obligatoria, sino voluntaria. Pero David dijo que no solamente el pueblo dio voluntariamente, sino espontáneamente (1Cr_29:9, 1Cr_29:17) ¿Cual es la diferencia? Damos un ejemplo: Hay pozos petroleros (y acuíferos) que, al perforarlos, se revientan y brotan su petróleo o agua; aún siguen brotando por años, son espontáneos. Otros pozos tienen abundancia de petróleo, pero es necesario instalar una bomba para sacarlo. Son voluntarios, pero se requiere la bomba, para que den libremente. Hay otros pozos que no dan con bomba a pesar de poseer mucho petróleo todavía. Las compañías tienen que inyectar gas al subsuelo para que en esta forma el pozo dé más petróleo; no dan libremente. ¿A cuál pozo me comparo yo?

2. PROPORCIONALMENTE

“Será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene” “Cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado” (2Co_8:12, 1Co_16:2).
La ofrenda no es una demanda de parte de Dios ni una exigencia. Si se gana mucho, dar la décima parte no es gran sacrificio, pero si se gana poco, si, cuesta mucho. La medida del sacrificio es la cantidad que nos queda después de dar. Si un rico da el 20%, entonces queda el 80%, que siempre será mucho más que el 90% que queda de las ganancias del pobre que da el 10%. Hay los que no tienen trabajo y no ganan nada por semanas. Dios no requiere que den lo que no posean.

3. SABIAMENTE

“Cada uno de vosotros ponga aparte algo... guardándolo, para que cuando yo llegue; no se recojan entonces ofrendas” (1Co_16:2).
Esto significa que no debemos dar meramente “a una colecta”, sino DAR AL SEÑOR. El ofrendar es algo personal EN LA CASA. La colecta es el recoger ofrendas, en la asamblea. Cada creyente debe aprender a ofrendar en la casa, decidiendo delante del Señor la suma que va a dar al Señor al principio de cada semana. Tal suma se aparta para el Señor. Ya aquel dinero es DEL SEÑOR, y no de nosotros; somos mayordomos de Dios, o encargados del Señor en el cuidado y uso de aquel dinero. No es para nuestro propio uso, sino para repartir para la obra del Señor. Se echa algo o todo al cepillo en la ofrenda del domingo, o se guarda algo para otra ofrenda, cuando hay ofrendas especiales para los pobres o para cierta obra de evangelización, o para una construcción. Debemos buscar la guía del Señor en cuanto al repartimiento de estos “fondos del Señor” que hemos apartado para El, el primer día de la semana.
Algunos guardan algo para tener con qué ayudar en forma particular a los enfermos, o a algún pobre, o a algún siervo del Señor. Tenemos ejemplos de tal ejercicio en 1Co_16:17.

4. SISTEMATICAMENTE

“Cada primer día de la semana”.

Esto nos enseña la regulidad de ofrendar No debemos hacerlo por casualidad, o cuando otro nos recuerda, o cuando oímos de una necesidad. Debemos establecer la costumbre de dar al Señor cada primer día de la semana. Así se dará el primer lugar al Señor, antes de pensar en nuestras propias necesidades. “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mat_6:33). Es significativo el hecho de que la ofrenda esté relacionada con el Día Señorial. Nos sugiere que está íntimamente ligada con la adoración que tributamos en la Cena del Señor. Se recoge la ofrenda después de haber participado de los símbolos, así expresando nuestra devoción a Dios. Es como si dijéramos: “Señor, todo es tuyo, y de lo recibido de tus manos te damos” (1Cr_29:14).

5. PERSONALMENTE

“Cada uno de vosotros” (1Co_16:2).

El hombre recibe su sueldo, pero también le corresponde a su esposa por ser su ayuda idónea. Ella trabaja en los oficios del hogar. Cuando hay perfecta armonía en el matrimonio, los dos pueden actuar juntos en asuntos monetarios. Pero cuando falta tal armonía, o cuando un cónyuge no ha creído, entonces la responsabilidad queda particularmente con el creyente. Si el marido es inconverso, la hermana recibe justamente su porción de los bienes, porque ella comparte en la vida conyugal y trabaja en la casa a favor de su marido. Ella justamente da al Señor de lo que su marido le pasa. No es el inconverso quien da: ella da de lo que es fruto de su propio trabajo. Hay creyentes que son sostenidos por sus hijos inconveros y piensan que lo que reciben es regalo de inconveros. Pero, no lo es. Todo hijo tiene una deuda que pagar a sus padres por toda su atención y sacrificio a su favor durante su niñez.

6. ABNEGADAMENTE

“A si mismos se dieron primeramente al Señor”. “Nuestro Señor Jesucristo… por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2Co_8:5, 2Co_8:9). La viuda pobre dio TODO SU SUSTENTO (Mar_12:44).
El Señor no aprecia una donación que no nos cueste. “Me despreciasteis, dice Jehová de los ejércitos: y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová. Maldito el que me engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones” (Mal_1:13-14).
Dios no acepta ofrenda de segunda calidad. Si no damos abnegadamente, mejor reconocer nuestra falta de espíritu de sacrificio delante del Señor, y pedirle liberalidad para dar con abnegación.

7. HUMILDEMENTE

“Guardaos de hacer vuestras justicias delante de los hombres... Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas... para ser alabado por los hombres… no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea… en secreto” (Mat_6:1-4)
Debemos ofrendar SIN PUBLICIDAD Esto no quiere decir que jamás otra persona debe saber lo que se da. Hay ocasiones cuando es necesario que otro sepa, para poder hacer llegar la donación a su destino. En tal caso el motivo no es el egoísmo, ni la hipocresía, sino la necesidad. Si se dispone de una suma demasiado grande para ser metida en el cepillo, es preferible utilizar el sistema de cheque. Es difícil movilizar una ofrenda muy voluminosa con privacidad. A veces -un creyente tiene ejercicio de enviar una donación a una obra lejana, o a un pionero en lugar distante. Es necesario confiar en otra persona para hacerla llegar a su destino. Si se envía por el Banco, entonces alguien allí tiene que saber. Siempre cuando se da una donación personal a una hermana pobre, ella sabe quien es el donante. Pero esto NO ES PUBLICIDAD, sino una NECESIDAD. La advertencia del Señor estaba en contra de la hipocresía y la vanagloria.

8. LIBERALMENTE

“Que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad”, “Como de generosidad... Pero os digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente segará” (2Co_9:5-6, 2Co_9:9).
Pablo no estipuló que porcentaje de sus ganacias debe dar un creyente. El solamente indica que si damos poco, como retribución recibiremos poca recompensa del Señor y poco gozo. Si invertimos poco en la obra del Señor, recibiremos poco galardón. Muchos creyentes dan más del diezmo, porque consideran que aun el israelita que daba obligadamente, daba además voluntariamente sus ofrendas y holocaustos y sacrificios de paz.
Unos han sido estimulados por el ejemplo relacionado con José en Egipto. Cuando los egipcios, después de los 7 años de hambre, habían vendido sus ganados y tierras, y quedaban en quiebra total, José les entregó semilla para sembrar, diciendo: “De los frutós daréis el quinto a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras… ellos respondieron: LA VIDA NOS HAS DADO; hallemos gracia en ojos de nuestro Señor” (Gén_47:24-25). Esta proporción representaba dar a las finanzas egipcias el 20% y retener el 80% para si. Nosotros como creyentes, tenemos una deuda mayor con Cristo. Todo lo que tenemos es de él; él nos ha dado vida y todas las cosas. Nuestras posesiones son como prestadas para usarlas para su gloria. En cualquier momento, él nos las puede quitar, si así le place.

9. SENSATAMENTE

“Ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común... los que tenían heredades o casas, las vendían y traían el precio... y se repartía a cada uno según su necesidad” (Hch_4:32)
Algunos han enseñado falsamente “el comunismo” por este versículo. Pero, María, madre de Marcos, no vendió su casa en Jerusalén, porque la guardaba para el beneficio de su familia y para las reuniones de oración (Hch_12:12) Simón el curtidor no vendió su casa en Jope; de otro modo no tuviera su lugar de trabajo ni hogar para hospedar a Pedro (Hch_9:43). De modo que las heredades (terrenos) y casas que se vendieron no eran sus propias casas que necesitaban, sino las que eran por demás; habiéndolas recibido por herencia: Si cada uno hubiera vendido sus propios campos de cultivo o terrenos para ganado alrededor de Jerusalén, ¿cómo hubieran podido vivir? ¿Que trabajo harían para su sostén?
Sería insensatez, si todos regaláramos nuestra casa, taller, negocio, para vivir en casa arrendada y trabajar como peón. Debemos dar con sensatez. Pablo no mandó a los ricos que regalaran todas sus posesiones para quedar pobres, sino a ser dadivosos, generosos (1Ti_6:17-18). Jesús dijo: “No os hagáis tesoros en la tierra” (Mat_6:20) Lo que se amontona por avaricia o que se guarda para saciar nuestros deleites es dinero perdido. Lo que tenemos por demás debe ser vendido para repartir a los necesitados.
Dios no reparte sus dones igualmente a todos (Mat_25:15, 1Co_12:11) Tampoco nos enseña que cada creyente debe meter su sueldo en una sola bolsa para que cada uno saque igualmente. Pablo explica “la igualdad” en 2Co_8:14-15, con referencia al maná. Dios proveía el maná pero CADA UNO tenía que esforzarse (trabajar) para recogerlo de madrugad. Hubo igualdad por medio del esfuerzo y trabajo de cada uno, y por el amor práctico de ayudarse unos a otros.
Los de Macedonia y Acaya dieron ejemplo al enviar la ofrenda a los pobres de Jerusalén, y Pablo les indicó que algún día, los de Jerusalén les devolverían el favor. El amor debe ser mutuo (2Co_8:14).

10. ALEGREMENTE

“Dios ama al dador alegre” (2Co_9:7).

Nehemias dijo: “Id, comed grosuras... y enviad porciones a los que no tienen nada preparado... porque el gozo del Señor es vuestra fortaleza” (Neh_8:10). En días de David, “se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente” (1Cr_29:9).
“Más bienaventurado es dar que recibir” (Hch_20:35). “De gracia recibisteis; dad de gracia” (Mat_10:8)

ASAMBLEAS CONGREGADAS EN EL NOMBRE DEL SEÑOR EN VENEZUELA
#34
Hola Edison esta bonito todo que lastima que el estudio empeso en mitad de la historia y olvido el origen. Pues fue Abraham quien dio por primera vez el Diezmo.


Jua 8:39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.

Gál_3:7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.(B)

No se que tanto te consideres hijo de Abraham, pero si te consideras has la obras de Abraham.

Saludos Arismel
#35
Arismel: Pertenezco a una comgregación, en la que si tu te atrasas en los diezmos, no tienes derecho, como miembro, de elegir a las autoridades. La llaman iglesia "DEMOCRÁTICA" pues el pueblo elige a sus autoridades, pero bajo condiciones. De TEOCRÁTICA, pasamos a DEMOCRÄTICA. Pienso que a medida que avanzamos en liberalidad "algunos" empiezan a esforzarse por darle la bienvenida al anticristo. Ya tenemos "PASTORES HOMOSEXUALES Y LESBIANAS" ¿ Exagero ? Tenemos cantantes cristianos famosos, que una vez fueron celosos de la doctrina y hoy le cantan al Papa y sus secuaces. Perdonen las descalificaciones, pero son entes que mueven masas, dispuestas a idolatrarlos. Que Dios me perdone si estoy equivocado. Que Dios tenga misericordia de nosotros.
#36
Sermova:
Esta es una iglesia Nicolaíta, y Jesús claramente aborrece esta iglesia, leemos:
Rev 2:6 Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.
y un poco adelante:
Rev 2:15 Así también tú tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la cual yo aborrezco.
La pregunta es ¿Que haces ahí?
Saludos
Ing. Ramón Lozano Cervantes
#37
Estimado Sermova es importante tener en cuenta que el diezmo en ninguna manera va encontra de la ensenanzas Apostolicas, pero que debido al mal huzo por parte de aquellos que se dicen llamar pastores y lejos estan de serlo entonces atacamos la ensenanza Apostolica por el pecado de esos pastorsitos mentirosos que por demas si no se arrepienten iran directo al infierno.

Ahora lo que dices de tu iglesia dejame decirte que Ramon tiene razon huye de ese lugar pues lejos esta de ser la iglesia de Dios.

tengamos en cuenta que no todo el que dice ser pastor lo es, asi tenga una ''iglesia'' de millones si no es enviado de Dios no es mas que un enganador que seduce las multitudes en su egoismo propio buscando honrra y gloria para si.

Y de los '' pastores'' homosexuales y lesbicos y de los cantante es pisotear el nombre de Jesucristo con el solo hecho de decir que pertenecen en algun modo a la iglesia, pues los tales no son mas que esclavos del diablo y se deleitan en praticar las obras del diablo a los cuales si no se arrepiente iran al infierno.

Saludos Arismel
#38
arismel perez escribió:Hola Edison esta bonito todo que lastima que el estudio empeso en mitad de la historia y olvido el origen. Pues fue Abraham quien dio por primera vez el Diezmo.


Jua 8:39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.

Gál_3:7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.(B)

No se que tanto te consideres hijo de Abraham, pero si te consideras has la obras de Abraham.

Saludos Arismel

....es cierto que toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
2Ti 3:17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Pero cuando hablamos de Doctrina para la Iglesia...tengo que acudir a las cartas epistolares...de lo contrario...estaría apelando a la norma de la falsa enseñanza, la cual consiste en extraer pasajes del AT para implementar una falsa doctrina que atenta contra el carácter de la Iglesia como un misterio escondido en Dios hasta la presente dispensación, donde los creyentes son unidos a Cristo en una relación especial como miembros de un Cuerpo, aquí en la tierra, cuya Cabeza es el mismo Señor en el cielo. Y aunque este misterio se haya ahora revelado, continúa siendo escondido para la mayoría de los creyentes...

Los profetas jamás vieron la Iglesia...solo el retorno de Cristo en Gloria...la Iglesia es una nueva construcción, pues tal es el significado de las palabras del Supremo Arquitecto de este Universo, leemos:

Mat_16:18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

"EDIFICARÉ MI IGLESIA"

El Señor no vino a hacer remiendos...el no vino a poner paño nuevo en vestido viejo...ni a echar el vino nuevo en odres viejos...yerran aquí todos aquellos que se presentan como "maestros" y quieren pontificar sobre la iglesia leyes y estatutos que el Señor no ha mandado, para presentar un "cristo" cruel que le cobra impuestos a su futura esposa...ese no es el Cristo de las Escrituras...sino el que se inventan los hombres que han hecho de la piedad fuente de ganacia deshonesta...con razón está escrito que "harán mercadería de vosotros".

Edison
#39
Edison quisiera saber que piesas de la Gracia y la ley cual de las dos fue primero.

Saludos Arismel
#40
La ley fue primera. La Gracia vino encarnada en nuestro Señor Jesucristo, el cual CUMPLIÓ todo lo que la Ley exigía. " El justo por la fe vivirá " Cuando hablamos de justo es porque la GRACIA de Jesucristo nos hace justos. No es por obras, es por gracia. La Ley no podía salvarnos, pero si la gracia, pues fue la obra que satisfizo las peticiones del Padre, la muerte de Su Hijo Amado, por el pecado de aquellos que creerían en su OBRA. La consumación dela Justicia de Dios la ejecutó nuestro Señor Jesucristo. El JUSTO muriendo por los pecadores, para con su vida y sangre , reconciliarnos con el Padre. Bendiciones


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