Cuando menciono igualdad en el Padre, el Hijo y el espíritu Santo, me estoy refiriendo a su condición de Dios.
Tenemos al Padre en Dios:
Juan 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Tenemos al Verbo o el Hijo, el cual es Dios:
Romanos 9:5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
Y al Espíritu Santo, quién es Dios:
Hechos 5:3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? 4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Las santas escrituras que hay Dios padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Es Dios y tres personas distintas, quienes merecen y reciben honor y gloria.
Y en la deidad a subordinación de rango de autoridad, miren:
Juan 14:24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
Esté versículo es especialmente interesante en el tema que nos oscupa, porque cuando fue enviado al mundo, aconteció desde la eternidad pasada, cuando el Verbo en toda su majestad, fue enviado por el Padre y su subordinación sucede aun antes de haberse encarnado.
Juan 4:34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
No hay mayor anhelo en el corazón del nuestro Señor, que el de hacer la voluntad del Padre, en completa sujeción a su autoridad.
Pero a su vez, dice:
Juan 15:26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
Esto ya ha sido hecho y el Espíritu Santo, subordinado al Hijo, está presente obrando en la iglesia del Señor.
En la iglesia, no hay nadie por encima de nadie, pero como en la deidad la autoridad es conferida por el subordinado, así también tenemos que en la iglesia del Señor, hay autoridad conferida por la obediencia del Señor y en el Señor.
Ha sido el plan perfecto del Señor que nos consideremos unos a otros como superiores a uno mismo, no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por el de los demás.
Y dirigiéndose a los ancanos, les dice:
Hechos 20:28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.
30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.
Es con la sana doctrina de las santas escrituras que los pastores, alimentan a la grey para alimentarlas y cuídandose a sí mismos primero, no sea que estén enseñando doctrinas extrañas y siguiendo doctrinas de hombres que buscan tener para sí seguidores, en lugar de trabajar para que lo sean del Señor.
Su autoridad está limitada en cumplir el propósito para el que han sido puestos. Hacerlo de otra manera o no hacerlo, constituye una falta a la voluntad divina y por tanto, no serán obispos del Señor, sino puestos por sí mismos.
Históricamente hablando, del nicolatismo, sólo se sabe que dividían la iglesia en dos, en donde una parte se subordinaba a la otra (clero), siguiendo enseñansas espúrias que no estaban sustentadas con la palabra de Dios. No podemos dejar de imaginar que debió ser este el principio de la institución religiosa papal, pero también de otras sectas que derogan autoridad tal cual el mundo lo enseña y no podemos dejar de ver que hay muchos casos en los que esto es así, lamentablemente.
El Señor, advirtión que el aumento de la apostasía, sería el preludio del fin del siglo y hoy es indudablemente su crecimiento cada día.
No debemos omitir ningún punto contemplado en las santas escrituras para su correcta interpretación, o agragarle, porque es perfecta y más siempre es menos, sin mencionar la postura equivocada que tendriamos al bien ser llamados falsos maestros si así lo hacemos.
Bien dice Santiago:
3:1 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
Tenemos al Padre en Dios:
Juan 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Tenemos al Verbo o el Hijo, el cual es Dios:
Romanos 9:5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
Y al Espíritu Santo, quién es Dios:
Hechos 5:3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? 4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Las santas escrituras que hay Dios padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Es Dios y tres personas distintas, quienes merecen y reciben honor y gloria.
Y en la deidad a subordinación de rango de autoridad, miren:
Juan 14:24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
Esté versículo es especialmente interesante en el tema que nos oscupa, porque cuando fue enviado al mundo, aconteció desde la eternidad pasada, cuando el Verbo en toda su majestad, fue enviado por el Padre y su subordinación sucede aun antes de haberse encarnado.
Juan 4:34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
No hay mayor anhelo en el corazón del nuestro Señor, que el de hacer la voluntad del Padre, en completa sujeción a su autoridad.
Pero a su vez, dice:
Juan 15:26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
Esto ya ha sido hecho y el Espíritu Santo, subordinado al Hijo, está presente obrando en la iglesia del Señor.
En la iglesia, no hay nadie por encima de nadie, pero como en la deidad la autoridad es conferida por el subordinado, así también tenemos que en la iglesia del Señor, hay autoridad conferida por la obediencia del Señor y en el Señor.
Ha sido el plan perfecto del Señor que nos consideremos unos a otros como superiores a uno mismo, no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por el de los demás.
Y dirigiéndose a los ancanos, les dice:
Hechos 20:28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.
30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.
Es con la sana doctrina de las santas escrituras que los pastores, alimentan a la grey para alimentarlas y cuídandose a sí mismos primero, no sea que estén enseñando doctrinas extrañas y siguiendo doctrinas de hombres que buscan tener para sí seguidores, en lugar de trabajar para que lo sean del Señor.
Su autoridad está limitada en cumplir el propósito para el que han sido puestos. Hacerlo de otra manera o no hacerlo, constituye una falta a la voluntad divina y por tanto, no serán obispos del Señor, sino puestos por sí mismos.
Históricamente hablando, del nicolatismo, sólo se sabe que dividían la iglesia en dos, en donde una parte se subordinaba a la otra (clero), siguiendo enseñansas espúrias que no estaban sustentadas con la palabra de Dios. No podemos dejar de imaginar que debió ser este el principio de la institución religiosa papal, pero también de otras sectas que derogan autoridad tal cual el mundo lo enseña y no podemos dejar de ver que hay muchos casos en los que esto es así, lamentablemente.
El Señor, advirtión que el aumento de la apostasía, sería el preludio del fin del siglo y hoy es indudablemente su crecimiento cada día.
No debemos omitir ningún punto contemplado en las santas escrituras para su correcta interpretación, o agragarle, porque es perfecta y más siempre es menos, sin mencionar la postura equivocada que tendriamos al bien ser llamados falsos maestros si así lo hacemos.
Bien dice Santiago:
3:1 Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.