25-02-2016, 12:59 PM
Las obras de los Nicolaitas es la repetición de los mismos impulsos que llevaron a los hombres a la construcción de la torre de Babel.
Es la autodeterminación humana de hacerse a un nombre (Gen.11:4), de glorificarse así mismo por encima de la voluntad de Dios.
El NT enseña la existencia de hombres espiritualmente dotados y equipados para ser reconocidos como ancianos, obispos y diáconos en las asambleas locales.
Pablo en su mensaje a los ancianos en Éfeso, muestra como debía hacerse esto:
Hch 20:28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
Y, al mismo tiempo advierte contra éstos Nicolaitas que se levantarían para arrastrar a los discípulos de Cristo tras ellos mismos. Leemos:
Hch 20:29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.
Hch 20:30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.
La advertencia de Pablo, los que conocen de esta cronología, señalan que ocurrió unos treinta años antes que los Nicolaitas llegarán a Éfeso con la pretensión de edificar, al igual que los constructores de la torre de Babel, una esfera personal de influencia para establecer una jerarquía clerical y así dominar la asamblea.
El ejemplo bien claro lo tenemos en el romanismo del Vaticano donde el Papa Bergoglio ocupa el primer lugar.
Este alejamiento de la Verdad dicha por Cristo:
Mat_23:8 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
Esta falta de respeto a Dios consiste en no dar a Cristo su propio lugar en la asamblea de los santos junto con el desconocimiento de la Presencia del Espíritu Santo.
Por el lado humano contemplamos la inclinación hacia un individuo que arrastra de manera persuasiva tras sí a los discípulos de Cristo para que en última instancia se establezca el gobierno de él en los asuntos del culto y ministerios.
En este estado de cosas, se pierde la libertad en Cristo para el ejercicio de los dones y el siervo de Cristo pasa a ser siervo del Pastor de turno o de la casta sacerdotal
que gobierna la asamblea, dando como resultado situaciones vergonzosas donde un hermano tiene que suplicar al anciano que ore al "espíritu santo" para que lo puede usar en la predicación o ministerio de la Palabra.
Estas cosas Cristo las aborrece.
A decir de una hermano, el Dr. T. La Haye, el mismo un pastor:
"La maldición más grande en la moderna cristiandad es el eclesiasticismo (interpretado como la infidelidad a la verdad). Cuando los hombres tienen el control sobre la capacitación espiritual de los miembros de la asamblea, ya se encuentran en posición de dominar la Iglesia. Su posición Teológica será la que reemplace la Autoridad de la Escritura".
Bien, Hermanos en Cristo, este asunto de los Nicolaitas se pone cada vez más instructivo.
Es un alimento sólido...no apto para el mundo denominacional, pues ellos siempre defenderán sus postulados humanos donde la Presencia del Espíritu Santo es reemplazada por una supuesta "autoridad" del hombre que controla y domina a su antojo los dones que Cristo ha dado a sus siervos.
Es la autodeterminación humana de hacerse a un nombre (Gen.11:4), de glorificarse así mismo por encima de la voluntad de Dios.
El NT enseña la existencia de hombres espiritualmente dotados y equipados para ser reconocidos como ancianos, obispos y diáconos en las asambleas locales.
Pablo en su mensaje a los ancianos en Éfeso, muestra como debía hacerse esto:
Hch 20:28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
Y, al mismo tiempo advierte contra éstos Nicolaitas que se levantarían para arrastrar a los discípulos de Cristo tras ellos mismos. Leemos:
Hch 20:29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.
Hch 20:30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.
La advertencia de Pablo, los que conocen de esta cronología, señalan que ocurrió unos treinta años antes que los Nicolaitas llegarán a Éfeso con la pretensión de edificar, al igual que los constructores de la torre de Babel, una esfera personal de influencia para establecer una jerarquía clerical y así dominar la asamblea.
El ejemplo bien claro lo tenemos en el romanismo del Vaticano donde el Papa Bergoglio ocupa el primer lugar.
Este alejamiento de la Verdad dicha por Cristo:
Mat_23:8 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
Esta falta de respeto a Dios consiste en no dar a Cristo su propio lugar en la asamblea de los santos junto con el desconocimiento de la Presencia del Espíritu Santo.
Por el lado humano contemplamos la inclinación hacia un individuo que arrastra de manera persuasiva tras sí a los discípulos de Cristo para que en última instancia se establezca el gobierno de él en los asuntos del culto y ministerios.
En este estado de cosas, se pierde la libertad en Cristo para el ejercicio de los dones y el siervo de Cristo pasa a ser siervo del Pastor de turno o de la casta sacerdotal
que gobierna la asamblea, dando como resultado situaciones vergonzosas donde un hermano tiene que suplicar al anciano que ore al "espíritu santo" para que lo puede usar en la predicación o ministerio de la Palabra.
Estas cosas Cristo las aborrece.
A decir de una hermano, el Dr. T. La Haye, el mismo un pastor:
"La maldición más grande en la moderna cristiandad es el eclesiasticismo (interpretado como la infidelidad a la verdad). Cuando los hombres tienen el control sobre la capacitación espiritual de los miembros de la asamblea, ya se encuentran en posición de dominar la Iglesia. Su posición Teológica será la que reemplace la Autoridad de la Escritura".
Bien, Hermanos en Cristo, este asunto de los Nicolaitas se pone cada vez más instructivo.
Es un alimento sólido...no apto para el mundo denominacional, pues ellos siempre defenderán sus postulados humanos donde la Presencia del Espíritu Santo es reemplazada por una supuesta "autoridad" del hombre que controla y domina a su antojo los dones que Cristo ha dado a sus siervos.