05-10-2015, 06:23 PM
Estimados hermanos:
Sin duda que los enemigos de la cruz de Cristo, por serlo, falsifican el evangelio, haciéndolo diferente.
No obstante, hay creyentes sinceros que intentan "dibujar" un evangelio más atractivo a los pecadores para obtener mejores "resultados". Piensan que si le dicen a la gente lo que le gusta, el mensaje será mejor recibido.
Lejos estoy de considerar que debamos ser hostiles, ya que debemos seguir la verdad en amor, pero recordemos que un mensajero sólo se limta a entregar el mensaje que envía el remitente al destinatario, sin alterarlo en absoluto, cualquiera sea la noticia que contenga.
Em lo personal no me cuesta entenderlo, ya que en mi temprana adolescencia mi primer trabajo fue entregar telegramas. Claro que era más agradable llevar buenas noticias, como salutaciones de cumpleaños u otras, pero cuando la parte superior del formulario ostentaba dos líneas rojas paralelas, significaba que el mensaje requería entrega de urgencia. El destinatario debía enterarse sin tardar de una mala noticia, como un fallecimiento o la gravedad de salud de un ser querido. Las reacciones de quienes recibían mensajes de esa índole eran diversas. Personas que se quedaban heladas sin saber qué hacer, otras derramando lágrimas sin consuelo, y otras, quizás, fingiendo indiferencia. Nuestra misión no era conformar ni agradar a nadie, sino entregar el mensaje tal como había llegado. ¿Por qué entonces algunos se animan a cambiar el mensaje de Dios, entregando un mensaje diferente en pro de que resulte más simpático a quien lo recibe?
El mensaje del Evangelio también está marcado con rojo. Se trata de la muerte del Señor Jesucristo en la cruz, y de Su sangre derramada por nosotros. Se trata de Su triunfo sobre la muerte, por su grandiosa resurrección. Se trata de Su gracia, Su amor y Su justicia manifestadas a todos, pero sólo eficaces en el pecador arrepentido que acude a Él para perdón y salvación. Y aunque no resulte grato, también se trata del juicio y del infierno eterno para aquellos que rechazan al Señor.
No hace falta dibujarle florcitas a los perdidos. Se trata de señalarles el Camino de la Vida, entregándoles el mensaje fiel, tal como nos ha sido confiado por el divino Remitente.
Oportunamente consideraremos lo que se refiere a los resultados.
Heriberto
Sin duda que los enemigos de la cruz de Cristo, por serlo, falsifican el evangelio, haciéndolo diferente.
No obstante, hay creyentes sinceros que intentan "dibujar" un evangelio más atractivo a los pecadores para obtener mejores "resultados". Piensan que si le dicen a la gente lo que le gusta, el mensaje será mejor recibido.
Lejos estoy de considerar que debamos ser hostiles, ya que debemos seguir la verdad en amor, pero recordemos que un mensajero sólo se limta a entregar el mensaje que envía el remitente al destinatario, sin alterarlo en absoluto, cualquiera sea la noticia que contenga.
Em lo personal no me cuesta entenderlo, ya que en mi temprana adolescencia mi primer trabajo fue entregar telegramas. Claro que era más agradable llevar buenas noticias, como salutaciones de cumpleaños u otras, pero cuando la parte superior del formulario ostentaba dos líneas rojas paralelas, significaba que el mensaje requería entrega de urgencia. El destinatario debía enterarse sin tardar de una mala noticia, como un fallecimiento o la gravedad de salud de un ser querido. Las reacciones de quienes recibían mensajes de esa índole eran diversas. Personas que se quedaban heladas sin saber qué hacer, otras derramando lágrimas sin consuelo, y otras, quizás, fingiendo indiferencia. Nuestra misión no era conformar ni agradar a nadie, sino entregar el mensaje tal como había llegado. ¿Por qué entonces algunos se animan a cambiar el mensaje de Dios, entregando un mensaje diferente en pro de que resulte más simpático a quien lo recibe?
El mensaje del Evangelio también está marcado con rojo. Se trata de la muerte del Señor Jesucristo en la cruz, y de Su sangre derramada por nosotros. Se trata de Su triunfo sobre la muerte, por su grandiosa resurrección. Se trata de Su gracia, Su amor y Su justicia manifestadas a todos, pero sólo eficaces en el pecador arrepentido que acude a Él para perdón y salvación. Y aunque no resulte grato, también se trata del juicio y del infierno eterno para aquellos que rechazan al Señor.
No hace falta dibujarle florcitas a los perdidos. Se trata de señalarles el Camino de la Vida, entregándoles el mensaje fiel, tal como nos ha sido confiado por el divino Remitente.
Oportunamente consideraremos lo que se refiere a los resultados.
Heriberto