17-08-2013, 08:27 PM
Hay un precioso pasaje en la escritura por la verdad contundente que nos muestra. La palabra de Dios dice:
Santiago 3:13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.
16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
La sabia mansedumbre es característica clara del dominio del Espíritu Santo en el alma del cristiano maduro. Pero si las motivaciones de nuestro corazón, nacen de los celos, el pleito no debemos pensar o decir que es producto de la relación que se tiene con Dios. La escritura dice en el verso 15 que su origen es terrenal, animal y diabólica.
"Terrenal" viene del mundo, de su filosofía de contención, de encimar al otro por demostrar que se es mejor que el otro; así se maneja en el mundo. "Tu me la haces, pues yo también te hago"
"Animal" viene de ánima, del dejarse llevar por los instintos bajos de la carne y no del Espíritu, de las vísceras sin pensar mejor lo que hace o dice, sino actuar sin mayor reflexión.
"Diabólica", de dejarse llevar por pensamientos de murmuración, críticos y conflicto. Una mejor manera de ilustrarlo es lo que dice la palabra de Dios en:
Efesios 4:26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo.
Esto sucede mucho en la iglesia y en la familia, cuando hay disgustos y no se busca reconciliarse con la pareja, el hermano o el miembro de la iglesia o el trabajo, es ceder lugar a la influencia del enemigo en esos pensamientos de desquite y confrontación.
La sabiduría que es de Dios es pura, después busca la paz, no el pleito, sino amable que significa que busque aclarar la situación para redargüir o aceptar el error, también benigna, porque busca el bien del prójimo, llena de misericordia pues busca animar al perdón, al amor y conciliación y de buenas obras que beneficien a los demás, aún a los enemigos; una donde se sabe claramente la intención pura y de amor hacía los demás y sin fingir algo que no se siente.
Pues el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz, no la guerra.
Cuando vayamos a reaccionar, revisemos nuestras intenciones y sabremos de donde proviene la sabiduría. Sino es conforme a Dios, mejor es no decir o actuar, orando para pedir paz, dirección y sabiduría.
Santiago 3:13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.
16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
La sabia mansedumbre es característica clara del dominio del Espíritu Santo en el alma del cristiano maduro. Pero si las motivaciones de nuestro corazón, nacen de los celos, el pleito no debemos pensar o decir que es producto de la relación que se tiene con Dios. La escritura dice en el verso 15 que su origen es terrenal, animal y diabólica.
"Terrenal" viene del mundo, de su filosofía de contención, de encimar al otro por demostrar que se es mejor que el otro; así se maneja en el mundo. "Tu me la haces, pues yo también te hago"
"Animal" viene de ánima, del dejarse llevar por los instintos bajos de la carne y no del Espíritu, de las vísceras sin pensar mejor lo que hace o dice, sino actuar sin mayor reflexión.
"Diabólica", de dejarse llevar por pensamientos de murmuración, críticos y conflicto. Una mejor manera de ilustrarlo es lo que dice la palabra de Dios en:
Efesios 4:26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo.
Esto sucede mucho en la iglesia y en la familia, cuando hay disgustos y no se busca reconciliarse con la pareja, el hermano o el miembro de la iglesia o el trabajo, es ceder lugar a la influencia del enemigo en esos pensamientos de desquite y confrontación.
La sabiduría que es de Dios es pura, después busca la paz, no el pleito, sino amable que significa que busque aclarar la situación para redargüir o aceptar el error, también benigna, porque busca el bien del prójimo, llena de misericordia pues busca animar al perdón, al amor y conciliación y de buenas obras que beneficien a los demás, aún a los enemigos; una donde se sabe claramente la intención pura y de amor hacía los demás y sin fingir algo que no se siente.
Pues el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz, no la guerra.
Cuando vayamos a reaccionar, revisemos nuestras intenciones y sabremos de donde proviene la sabiduría. Sino es conforme a Dios, mejor es no decir o actuar, orando para pedir paz, dirección y sabiduría.