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¿Qué es el matrimonio?
#1
Estimados,

Provengo de una familia católica en la que me enseñaron que el matrimonio es un sacramento. Observé, más adelante otros puntos de vista:
*Un contrato
*Una promesa
*Una ceremonia civil o religiosa
*Un pacto entre un hombre y una mujer

El punto es que todas esas definiciones no me convencen del todo. Más adelante les explicaré el por qué.

Gracias por sus aportes.

Saludos,

Sunamita.
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#2
Sunamita escribió:Estimados,

Provengo de una familia católica en la que me enseñaron que el matrimonio es un sacramento. Observé, más adelante otros puntos de vista:
*Un contrato
*Una promesa
*Una ceremonia civil o religiosa
*Un pacto entre un hombre y una mujer

El punto es que todas esas definiciones no me convencen del todo. Más adelante les explicaré el por qué.

Gracias por sus aportes.

Saludos,

Sunamita.

Entiendo como sacaramento, los mandamientos ordenados directamente por Cristo y para la era actual. El matrimonio ya estaba en el antiguo pacto.

De esto comprendo que son 1)El bautismo 2) La santa cena

El matrimonio lo considero una unión entre un hombre y una mujer y que tiene que ser reconocida legalmente.

“Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19:6).


Pablo cita ese texto en la carta a Efesios y antes de ello hace referencia a "casadas" y "maridos".. dando a entender la necedidad del aspecto legal para tal union.

Efesios
5:22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
.
.
5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
.
5:28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
.
.
5:31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.

Espero ser de ayuda.
Bendiciones!
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#3
¿Y cuál será la definición que puede convencer a la Sunamita?

¿Podría hablarnos de ello?
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#4
Estimada Sunamita:

No dices si tu también eres católica, pero te dire que los puntos que muestras solo se prestan a confusión de algo que debería ser normal y sencillo.

Para empezar las Escrituras no hablan de sacramentos asi que esto de ya lo descartamos; luego los intereses materiales dentro lo civil y la religión dan una mezcla de largos testamentos y leyes que hacen del matrimonio una especie de contrato negociativo.

Con principios cristianos, como debe ser, me atrevo a describírtelo de esta forma:

Es la unión de amor de un hombre y una mujer bajo mutuo consentimiento para cumplir sus compromisos conyugales dictada y consumada por la bendición de Dios.

Espero tu respuesta.
Saludos.
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#5
No, ya no soy católica. Y no, la biblia no habla de "sacramentos".

Pero es curioso, que muchas veces las religiones cristianas parecieramos descendientes de los católicos. Lo comento en el sentido de que continuamos con muchas de sus creencias sin darnos ni cuenta del por qué que fundamenta cada cosa.

¿Qué definición del matrimonio me convence?. Que no es una ceremonia ni un documento legal lo que legitima a un matrimonio. Eso no está escrito en la biblia, pero si está escrito: "El amor es el perfecto vínculo" . ¿Por qué está por encima de eso un requerimento legal?
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#6
Francisc0 escribió:
Sunamita escribió:Estimados,

Provengo de una familia católica en la que me enseñaron que el matrimonio es un sacramento. Observé, más adelante otros puntos de vista:
*Un contrato
*Una promesa
*Una ceremonia civil o religiosa
*Un pacto entre un hombre y una mujer

El punto es que todas esas definiciones no me convencen del todo. Más adelante les explicaré el por qué.

Gracias por sus aportes.

Saludos,

Sunamita.

Entiendo como sacaramento, los mandamientos ordenados directamente por Cristo y para la era actual. El matrimonio ya estaba en el antiguo pacto.

De esto comprendo que son 1)El bautismo 2) La santa cena

El matrimonio lo considero una unión entre un hombre y una mujer y que tiene que ser reconocida legalmente.

“Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19:6).


Pablo cita ese texto en la carta a Efesios y antes de ello hace referencia a "casadas" y "maridos".. dando a entender la necedidad del aspecto legal para tal union.

Efesios
5:22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
.
.
5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
.
5:28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
.
.
5:31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.

Espero ser de ayuda.
Bendiciones!

Escrito está "El amor es de Dios" y "Dios es amor", luego lo que Dios juntó (refiriéndose a un hombre y a una mujer) lo juntó en amor: Es un hecho proveniente del espíritu ¿como lo podeis definir como un tema legal? ¿Hubo un reconocimiento legal, un documento firmado por Adán y Eva? No ¿Verdad?
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#7
Estimada Sunamita: Comienzo por aclararte que la idea de que los cristianos somos descendientes de los católicos es totalmente inexacta. La historia "oficial" ha logrado hacer creer a muchos ingenuos, que la iglesia evangélica se separó de la fe católica en la Reforma, y que adoptamos muchas de las viejas creencias.
Y es cierto que muchos "seminarios teológicos" enseñan la "historia de la iglesia" y, conscientemente o no. están sosteniendo barbaridades semejantes, ignorando que la verdadera Iglesia del Señor nunca estuvo relacionada con la iglesia apóstata, más allá de haber sufrido arteras persecuciones a manos de ésta.
No dejamos de reconocer que la Reforma dio origen a las llamadas "iglesia reformadas" que intentaron seguir un curso más bíblico, pero, lamentablemente, nunca lograron despojarse completamente del bagaje que "heredaron" y, francamente, hoy, en su gran mayoría, son iglesias muertas.

Bueno, reconozco que este tema se aparta de tu inquietud, pero, por las dudas, quise recordarte que nosotros sólo basamos nuestra fe en la Palabra de Dios, y a ella nos remitimos.

Ahora, si un hombre y una mujer deciden unirse en matrimonio, no es lo mismo que decidir vivir juntos. Recuerda que Adán y Eva no vivieron sólo en pareja. sino que Dios los unió en matrimonio.

Si quisieras regresar a esa época, recuerda que ni siquiera tuvieron opción de "elegir". Más tarde, los padres eran quienes decidían con quien se casarían sus hijos/hijas, y nadie se podía cortar solo dentro del orden establecido por Dios. Hacerlo de otro modo, sin un matrimonio legal con intervención de un tercero (patriarca) era caer lisa y llanamente en el pecado de fornicación, con todas las consecuencias inherentes.

Pero hoy en día la autoridad de casar está en manos de un Registro Civil, y las normas legales de cada país aseguran que los contrayentes asuman su responsabilidad a través de un compromiso formal.

Y salvo que una personas sea "pizpireta" (liviana), no entiendo porqué no puede formalizar su matrimonio en la santidad que Dios demanda.

Y fíjate que es el modo de asegurar que tu pareja no venga de una cadena de fracasos y negras historias de familias constituidas "a ojo" sin obligaciones ni compromisos hacia los hijos que han quedado en el camino, y con el riesgo de que tú puedas convertirte en un eslabón más.

Es mejor hacer las cosas al modo de Dios, y si te sujetas a Su Voluntad y pones tu vida en Sus Manos, gozarás plenamente de Su bendición en tu matrimonio. ¡No te conforme con menos!

Un saludo cordial,
Heriberto

.
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#8
No solo comparto sino felicito al hermano Heriberto por tan acertada introducción y aclaración al tema y a ti Sunamita te digo que no solo es mejor hacer las cosas "al modo" de Dios sino que no hay otra garantía MEJOR que la bendición de NUESTRO DIOS Y SEÑOR.

Roberto
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#9
Nuestro Hermano Heriberto afirma:

Cita:Si quisieras regresar a esa época, recuerda que ni siquiera tuvieron opción de "elegir". Más tarde, los padres eran quienes decidían con quien se casarían sus hijos/hijas, y nadie se podía cortar solo dentro del orden establecido por Dios. Hacerlo de otro modo, sin un matrimonio legal con intervención de un tercero (patriarca) era caer lisa y llanamente en el pecado de fornicación, con todas las consecuencias inherentes.

Más tarde, los padres eran quienes decidían con quien se casarían sus hijos/hijas,

Hermano querido, podrías ilustrarme con algunos ejemplos?

Un abrazo

Edison
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#10
Hola Edison: Transcribo el siguiente comentario con algunos ejemplos.

En todo caso, lo que se debe destacar, a propósito de la inquietud planteada aquí, es que el matrimonio fue y debe ser un acto formal, y no sólo una decisión de vivir en pareja sin asumir obligación alguna.


Las costumbres matrimoniales de la Biblia giran alrededor de los acontecimientos del compromiso y la boda.

a. El compromiso

En el Cercano Oriente el compromiso (el talmúdico <eµruÆséÆn y qidduÆsûéÆn) crea casi tanta obligación como el casamiento mismo. En la Biblia se llama a veces "esposa" a la mujer comprometida, y se encontraba bajo la misma obligación de ser fiel (Gn. 29.21; Dt. 22.23–24; Mt. 1.18, 20), y al hombre comprometido se le llamaba "esposo (Jl. 1.8; Mt. 1.19).

La Biblia no legisla acerca de la ruptura del compromiso, pero el código de Hamurabi estipula que si el futuro marido rompía el compromiso, el padre de la novia conservaba el regalo de bodas; mientras que si el padre cambiaba de idea, devolvía el doble de lo que valía el regalo. Probablemente había alguna declaración formal, pero el grado de publicidad dependía seguramente del novio. Así que José quiso romper su compromiso con María lo más discretamente posible (Mt. 1.19).

El amor y la fidelidad de Dios hacia su pueblo quedan reflejados en los términos de un compromiso en Os. 2.19–20. El compromiso incluía los siguientes pasos:

(i) Elección de cónyuge. Habitualmente los padres del joven elegían su esposa y preparaban el casamiento, como hizo Agar con Ismael (Gn. 21.21), y Judá con Er (Gn. 38.6). A veces el joven mismo elegía, y sus padres se encargaban de las negociaciones, como es el caso de Siquem (Gn. 34.4, 8) y Sansón (Jue. 14.2). Raramente se casaba un hombre contrariando la voluntad de sus padres, como hizo Esaú (Gn. 26.34–35). A veces se preguntaba a la joven si consentía, como en el caso de Rebeca (Gn. 24.58). Ocasionalmente los padres de la doncella elegían a un joven que pudiera ser su esposo, como hicieron Noemí (Rt. 3.1–2) y Saúl (1 S. 18.21).

(ii) Intercambio de regalos. Tres tipos de obsequios se relacionan con el compromiso en la Biblia:
1. El moµhar traducido "dote" ("compensación") (Gn. 34.12, para Dina; Ex. 22.17, para una joven seducida; 1 S. 18.25, para Mical). El moµhar está implícito, pero no se lo nombra, en pasajes tales como Gn. 24.53, para Rebeca; 29.18, los siete años de trabajo realizados por Jacob para Raquel. El trabajo de Moisés como pastor de las ovejas de su suegro podría interpretarse de la misma manera (Ex. 3.1). Se trataba de un regalo compensatorio del novio a la familia de la novia, además de que sellaba el pacto y unía a ambas familias. Algunos eruditos han considerado que el moµhar era el precio de la novia, pero no se compraba a la esposa como se compraba una esclava.
2. La dote. Era el presente que daba el padre de la novia a su hija o futuro yerno, y que a veces consistía en siervos (Gn. 24.59, 61, a Rebeca; 29.24, a Lea) o tierras (Jue. 1.15, a Acsa; 1 R. 9.16, a la hija de Faraón, esposa de Salomón) u otra clase de valores.
3. El regalo del novio a la novia consistía a veces en alhajas y vestiduras, como las que recibió Rebeca (Gn. 24.53). Ejemplos bíblicos de contratos orales son la oferta de Jacob de trabajar siete años al servicio de Labán (Gn. 29.18) y la promesa de Siquem de entregar presentes a la familia de Dina (Gn. 34.12). En TB se llama sûƒt\ar qidduÆsûéÆn (Moed Katan 18b) o sûƒt\ar <eµruÆséÆn al contrato de compromiso. Actualmente, en el Cercano Oriente se fijan las contribuciones de cada familia en un contrato escrito de compromiso.


b. Ceremonias nupciales

Un rasgo importante de muchas de estas ceremonias era el reconocimiento público de la relación matrimonial. Debemos entender que no en todos los casamientos se cumplían todos los pasos siguientes.

(i) Vestiduras del novio y de la novia. La novia llevaba a veces vestiduras bordadas (Sal. 45.13–14), joyas (Is. 61.10), una faja especial o "galas" (Jer. 2.32), y velo (Gn. 24.65). Entre los adornos que llevaba el novio podía figurar una guirnalda (Is. 61.10). Ef. 5.27; Ap. 19.8; 21.2 se refieren figuradamente a las blancas vestiduras de la iglesia como la esposa de Cristo.

(ii) Damas de honor y amigos. El Sal. 45.14 habla de las damas de honor para una novia real, y podemos suponer que también las novias de menor categoría tenían sus damas de honor. Por cierto que el novio iba acompañado por un grupo de amigos (Jue. 14.11). Uno de ellos correspondía al padrino en nuestras bodas, y en Jue. 14.20; 15.2, se le llama "compañero", y en Jn. 3.29 "amigo del esposo". Puede tratarse de una misma persona que el "maestresala" de la fiesta en Jn. 2.8–9.

(iii) La procesión. Al atardecer del día fijado para la boda, el novio y sus amigos se dirigían en procesión a la casa de la novia. Allí podía tener lugar la cena nupcial; a veces las circunstancias obligaban a que así fuera (Gn. 29.22; Jue. 14), pero puede haber sido bastante común, desde el momento que la parábola de las diez vírgenes en Mt. 25.1–13 se interpreta más fácilmente como que el novio fue a la casa de la novia para el banquete. Se podría pensar, sin embargo, que con mayor frecuencia el novio acompañara a la novia a su propia casa, o a la de sus padres, para el banquete, aunque las únicas referencias al respecto en las Escrituras se encuentran en Sal. 45.14s; Mt. 22.1–14 (bodas reales), y probablemente en Jn. 2.9s.

La procesión podía realizarse con cánticos, música y danzas (Jer. 7.34), y con lámparas si se hacía de noche (Mt. 25.7).

(iv) La fiesta de bodas. Generalmente tenía lugar en la casa del novio (Mt. 22.1–10; Jn. 2.9), y a menudo de noche (Mt. 22.13; 25.6). Muchos parientes y amigos asistían, de modo que era fácil que se acabara el vino (Jn. 2.3). Un maestresala o amigo supervisaba la fiesta (Jn. 2.9–10). Rechazar una invitación a la fiesta era un insulto (Mt. 22.7). Se esperaba que los invitados fueran vestidos de fiesta (Mt. 22.11–12). En circunstancias especiales podía realizarse la fiesta en la casa de la novia (Gn. 29.22). La gloriosa reunión de Cristo y sus santos en el cielo se conoce figuradamente como "la cena de las bodas del Cordero" (Ap. 19.9).

(v) Cubrimiento de la novia. En dos casos en el AT (Rt. 3.9; Ez. 16.8) el hombre cubre a la mujer con su manto o capa, quizás como señal de que la toma bajo su protección. Cuando en los casamientos árabes esto lo hace uno de los parientes del novio. Entre los beduinos el novio cubre a la novia con una capa especial y pronuncia las siguientes palabras: "De ahora en adelante nadie sino yo te cubrirá." Las referencias bíblicas sugieren que se seguía la segunda costumbre.

(vi) La bendición. Los parientes y amigos bendecían a la pareja y les expresaban sus buenos deseos (Gn. 24.60; Rt. 4.11).

(vii) La promesa. Otro elemento religioso era el pacto de fidelidad que se desprende de Pr. 2.17; Ez. 16.8; Mal. 2.14.

(viii) La cámara nupcial. Se preparaba especialmente una cámara nupcial. El nombre hebreo de esta habitación es h\uppaÆ (Sal. 19.5; Jl. 2.16), que originalmente era un pabellón o tienda, y la voz griega es nymfoµn (Mr. 2.19). La palabra h\uppaÆ se usa todavía entre los judíos para describir el pabellón bajo el cual se sientan o están en pie los novios durante la ceremonia nupcial.

(ix) La consumación. El novio y la novia eran escoltados hasta la cámara nupcial, a menudo por los padres (Gn. 29.23). Marido y mujer ofrecían una plegaria antes de unirse, acto para el que el hebreo emplea el término "conocer".

(x) La prueba de la virginidad. Se exhibía un paño de tela o una camisa femenina manchado con sangre como prueba de la virginidad de la novia (Dt. 22.13–21). Esta costumbre continúa en algunos lugares del Cercano Oriente.

(xi) Las festividades. Los festejos de la boda continuaban durante una semana (Gn. 29.27, Jacob y Lea), o a veces dos. Estas celebraciones contaban con música (Sal. 45; 78.63) y chistes, como los acertijos de Sansón (Jue. 14.12–18). Algunos interpretan el Cantar de los cantares a la luz de una costumbre de los campesinos sirios de llamar al novio y a la novia "rey" y "reina" durante las festividades que siguen a la boda, y de cantarles loas.
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