26-08-2017, 06:26 PM
Una persona que conozco, la llamaremos X, que asistia a una congregación pentecostal. Y debido a una experiencia que tuvo le dio lugar a un desanimo en las cosas de Dios. Esta experiencia desagradable fue el empiezo de otras mas que se le fueron sumando.
Sucede que un dia hace ya muchos años fallecio la madre de X y a su velatorio asistieron también algunos de los hermanos miembros de esta denominación. Cuando hablaron con ella le aconsejaron de no estar triste sino contenta porque su madre ya estaba en la presencia de Dios. Le insinuaron que no debía darle mucha importancia al cuerpo presente ya que solo eran sus restos que al final terminara despues con los gusanos. Que no debía estar llorando como hacen los inconversos pues ellos no conocen a Dios. Le referían el siguiente versículo:
Mat 8:22 Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
El hecho es que X, muy entregada a los consejos de ellos, debía entonces encontrar momentos a solas casi a escondidas para sollozar y asi no caer en la estigma de verse como una inconversa.
Ahora bien. Al leer este versículo observamos que uno de los que estaban con el Señor Jesucristo le dice lo siguiente con la consecuente respuesta del Señor:
Mat 8:21 Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.
Mat 8:22 Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
Aparentemente los miembros pentecostales tomaron la actitud del Señor de manera muy literal, la ven de la siguiente manera:
- Jesucristo le estaba demandando al discípulo su fidelidad sin vueltas porque al final de cuentas el cuerpo que velaban de su padre, siendo ya solo un cuerpo sin vida, era menos importante para los asuntos del Señor. Y solo los que sollozaban con desconsuelo eran los inconversos porque no saben nada del destino después de esta vida.
La frase “deja que los muertos entierren a sus muertos” efectivamente indica que los inconversos se sobrecogen demasiado, en extremos exagerados, con sus rituales religiosos ya que no conocen a Dios.
Pero todo esto aun nos deja la siguiente pregunta. ¿No pareciera que la respuesta demandadora del Señor nos da una impresion de una actitud algo fria ante un doliente? ¿acaso esto simplemente indica que debemos ser mas practicos y no darle tanta importancia ante esta situacion? Aparentemente estos miembros pentecostales pensaban de que si.
Pero si observamos un poco tenemos de que el Señor si se conmovio ante la perdida de una persona querida:
Jua 11:32 María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
Jua 11:33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,
Jua 11:34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.
Jua 11:35 Jesús lloró.
Jua 11:36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.
Jua 11:37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?
Jua 11:38 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.
Entonces. Surge otra pregunta ¿estaria el Señor refiriéndose a que se deje todo el aspecto ritualistico exagerado que acostumbran los religiosos? Tampoco, porque las costumbres judías ante un velatorio es mas bien breve. Ungen los cuerpos con perfume, especies y aceite para luego llevar al cuerpo a una cripta a veces el mismo dia. Todo esto por razones de impurezas por la descomposición del cuerpo.
Y otra vez, ¿Por qué entonces esta aparente descortesía y apatía del Señor? Pareceria sensibilizarse por algunos pero no por otros.
Investigando un poco nos damos cuenta de que en realidad el padre no había fallecido todavia. Veamos mas claramente como lo explica la Kadosh Israelita con respecto a este texto:
Mateo 8:22
Este no está hablando con Yahshúa mientras el cuerpo muerto de su padre yace en su casa apestando bajo el sol. ¡El padre no está muerto! Si lo hubiera estado, el hijo hubiera estado en la casa aguardando shivah (siete días de luto). El hijo desea ir a su casa, vivir en confort hasta la muerte de su padre, quizás en unos años, cobrar su herencia y entonces, a su tiempo, hacerse talmid. Sobre esta y otras excusas las Escrituras dan respuesta a ellas. Las personas pueden dar un sinfin de excusas para no hacer de Yahshúa el Amo de sus vidas, porque prefieren la comodidad de donde están ahora y no quieren salirse del pecado que los tiene encadenados. Que los muertos espiritualmente, aquellos ocupados con los beneficios de este mundo, incluyendo herencias, permanezcan uno con otro en la vida y eventualmente entierren los suyos físicamente muertos.
Correcto. El padre aun no estaba muerto. Según el comentario del mismo versículo por parte de John Mac Arthur tenemos:
Esto no significa que el padre estuviera ya muerto. La frase: “Debo enterrar a mi padre” era una exprecion común para decir: “Dejame esperar hasta que reciba mi herencia”.
De esta manera nos damos cuenta de que interpretar algunos textos sin conocimiento nos pueden llevar a tomar una actitud errónea en la vida practica.
Willy
Sucede que un dia hace ya muchos años fallecio la madre de X y a su velatorio asistieron también algunos de los hermanos miembros de esta denominación. Cuando hablaron con ella le aconsejaron de no estar triste sino contenta porque su madre ya estaba en la presencia de Dios. Le insinuaron que no debía darle mucha importancia al cuerpo presente ya que solo eran sus restos que al final terminara despues con los gusanos. Que no debía estar llorando como hacen los inconversos pues ellos no conocen a Dios. Le referían el siguiente versículo:
Mat 8:22 Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
El hecho es que X, muy entregada a los consejos de ellos, debía entonces encontrar momentos a solas casi a escondidas para sollozar y asi no caer en la estigma de verse como una inconversa.
Ahora bien. Al leer este versículo observamos que uno de los que estaban con el Señor Jesucristo le dice lo siguiente con la consecuente respuesta del Señor:
Mat 8:21 Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.
Mat 8:22 Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.
Aparentemente los miembros pentecostales tomaron la actitud del Señor de manera muy literal, la ven de la siguiente manera:
- Jesucristo le estaba demandando al discípulo su fidelidad sin vueltas porque al final de cuentas el cuerpo que velaban de su padre, siendo ya solo un cuerpo sin vida, era menos importante para los asuntos del Señor. Y solo los que sollozaban con desconsuelo eran los inconversos porque no saben nada del destino después de esta vida.
La frase “deja que los muertos entierren a sus muertos” efectivamente indica que los inconversos se sobrecogen demasiado, en extremos exagerados, con sus rituales religiosos ya que no conocen a Dios.
Pero todo esto aun nos deja la siguiente pregunta. ¿No pareciera que la respuesta demandadora del Señor nos da una impresion de una actitud algo fria ante un doliente? ¿acaso esto simplemente indica que debemos ser mas practicos y no darle tanta importancia ante esta situacion? Aparentemente estos miembros pentecostales pensaban de que si.
Pero si observamos un poco tenemos de que el Señor si se conmovio ante la perdida de una persona querida:
Jua 11:32 María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
Jua 11:33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,
Jua 11:34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.
Jua 11:35 Jesús lloró.
Jua 11:36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.
Jua 11:37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?
Jua 11:38 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.
Entonces. Surge otra pregunta ¿estaria el Señor refiriéndose a que se deje todo el aspecto ritualistico exagerado que acostumbran los religiosos? Tampoco, porque las costumbres judías ante un velatorio es mas bien breve. Ungen los cuerpos con perfume, especies y aceite para luego llevar al cuerpo a una cripta a veces el mismo dia. Todo esto por razones de impurezas por la descomposición del cuerpo.
Y otra vez, ¿Por qué entonces esta aparente descortesía y apatía del Señor? Pareceria sensibilizarse por algunos pero no por otros.
Investigando un poco nos damos cuenta de que en realidad el padre no había fallecido todavia. Veamos mas claramente como lo explica la Kadosh Israelita con respecto a este texto:
Mateo 8:22
Este no está hablando con Yahshúa mientras el cuerpo muerto de su padre yace en su casa apestando bajo el sol. ¡El padre no está muerto! Si lo hubiera estado, el hijo hubiera estado en la casa aguardando shivah (siete días de luto). El hijo desea ir a su casa, vivir en confort hasta la muerte de su padre, quizás en unos años, cobrar su herencia y entonces, a su tiempo, hacerse talmid. Sobre esta y otras excusas las Escrituras dan respuesta a ellas. Las personas pueden dar un sinfin de excusas para no hacer de Yahshúa el Amo de sus vidas, porque prefieren la comodidad de donde están ahora y no quieren salirse del pecado que los tiene encadenados. Que los muertos espiritualmente, aquellos ocupados con los beneficios de este mundo, incluyendo herencias, permanezcan uno con otro en la vida y eventualmente entierren los suyos físicamente muertos.
Correcto. El padre aun no estaba muerto. Según el comentario del mismo versículo por parte de John Mac Arthur tenemos:
Esto no significa que el padre estuviera ya muerto. La frase: “Debo enterrar a mi padre” era una exprecion común para decir: “Dejame esperar hasta que reciba mi herencia”.
De esta manera nos damos cuenta de que interpretar algunos textos sin conocimiento nos pueden llevar a tomar una actitud errónea en la vida practica.
Willy