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DIA DOMINGO
#1
Domingo
Leer con oración:
Ex 18:13-26; 35:4-10, 30-35
 
“Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Jehová ha mandado [...].Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte”(Ex 35:10, 30-31)
Volverse Útil En Las Manos De Dios
En el Antiguo Testamento, Dios le ordenó al pueblo de Israel que construyera un tabernáculo en el desierto, dándoles todos los detalles relacionados a su edificación. Para construirlo, con todos los detalles, Dios levantó a Bezaleel y Aholiab: “Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa. Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño” (Ex 35:30-35). La obra de la edificación del tabernáculo necesitó personas hábiles para hacer todo tipo de trabajos, y aquellos que tenían habilidades debían enseñar y perfeccionar a otros.
Esto ilustra la edificación de la iglesia en el Nuevo Testamento. Dios necesita hoy de personas hábiles para edificar el Cuerpo de Cristo. Existen muchos detalles, por eso necesitamos a todos los hermanos para llevar esa obra adelante. Ésta no puede ser realizada por un pequeño grupo, sino que debe incluir a todos los hermanos. Tal vez un hermano tiene sólo un talento y no quiere involucrarse en la edificación, pero es exactamente a ese hermano que la obra necesita. Todo aquel que dispone su corazón para hacer algo será aprovechado en la edificación. No obstante, debe saber que el Señor no usará su capacidad natural, Dios va a suplir a cada hermano con el Espíritu de sabiduría y habilidad para servir en la iglesia.
Moisés fue usado por Dios para liberar al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. Dios derrotó al ejército de Faraón, el pueblo pasó por el Mar Rojo, cantó victoria y comenzó a peregrinar por el desierto para llegar a la tierra de Canaán. Moisés lideraba aproximadamente a dos millones de personas, pero sólo no podía cumplir semejante misión. Jetro, su suegro, le aconsejó: Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. [...] Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo” (Ex 18:18, 21-22).
Jefes de mil, jefes de 100, jefes de 50 y jefes de 10. Una persona cuida a 10 personas, eso sería lo mismo que cuidar de un grupo familiar. Necesitamos hermanos que asuman la responsabilidad de cuidar a los grupos, personas que tomen la responsabilidad para sí mismos y cuiden a los hermanos. Cada grupo tiene que tener un responsable, no vale de nada decir que todos los del grupo son responsables, eso no es funcional, tiene que haber alguien que se preocupe por los hermanos. Por amor a las personas, seamos los primeros en asumir la responsabilidad en los grupos familiares.
Las hermanas desempeñan una función fundamental en esos grupos. Las que abren la casa para recibir a los hermanos son las hermanas. Cuando ellas tienen encargo, llaman al grupo y a los amigos y vecinos, invitándolos a la reunión. Así, el grupo familiar prospera y las hermanas se vuelven más eficientes; cada hermana debe empeñarse en el éxito del grupo. Si un hermano va solo a visitar a una familia, será recibido, pero si va con su esposa, la recepción será mucho mejor. Necesitamos a las hermanas para tocar las puertas y hacer visitas. Las hermanas también deben participar del pastoreo de las ovejas.
Nadie puede decir que no tiene el don para cuidar a otra persona. Si un visitante va a una reunión de la iglesia, usted puede cuidarlo, podrá llamarlo para orar y, posteriormente, visitarlo con su esposa.
Los hermanos deben estar dispuestos a asumir la responsabilidad, pues es necesario poner a jefes de 10, jefes de 50, jefes de 100 y jefes de mil. Si hay hermanos con encargo y amor para pastorear a las personas, creceremos en número este año 2016 y cada año que venga. Si sabemos cuidar a las personas, el Señor nos dará millares de frutos. ¡El secreto es pastorear a las personas!
Punto Clave: Pastorear a las personas.
Pregunta: ¿Usted ha asumido responsabilidades en su grupo familiar?
La iglesia en Armenia
¡Jesus es el Señor!
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