01-06-2016, 11:27 PM
Jueves
Leer con oración:
Jer 1:5; Ro 8:28-29; Ef 1:5, 7, 13; Fil 2:15; 1 P 2:9-10
“Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor”(Ef 1:4)
Bendecidos Con La Elección De Dios
En Efesios 1 leemos: “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor” (v. 4). La elección de Dios es una de las innumerables bendiciones espirituales que hemos recibido. Se refiere al hecho de haber sido escogidos por Dios Padre desde la eternidad pasada y formar parte de Su dispensar en esta era.
La palabra dispensar indica movimiento y permisión, es decir, algo que sale de Dios y llega a Sus hijos. ¡Alabado sea el Señor! Fuimos escogidos por Dios antes de la fundación del mundo, incluso antes de nacer (Jer 1:5). Somos un linaje escogido, nación santa, pueblo adquirido por Dios, con el objetivo de que anunciemos las virtudes de Cristo. Aquel que nos llamó de las tinieblas a Su luz maravillosa, nos alcanzó con Su misericordia (1 P 2:9-10).
¿Por qué Dios nos escogió? ¿Quiénes éramos nosotros para merecer esta elección? ¡Es un misterio maravilloso y debemos agradecerle por haber recibido semejante gracia! Ser escogido por Dios no es algo pequeño, por el contrario, es algo muy elevado, inmensurable. La elección está relacionada con el hecho de que Dios desea concedernos fervientemente toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
Dios ya había planeado todo en Su voluntad eterna, y Él nos escogió con un propósito, para que fuésemos santos y sin mancha. Esto sólo es posible mediante el dispensar continuo del Dios Triuno. Por tanto, Dios Padre nos escogió, antes de la fundación del mundo, y nos predestinó para la filiación; por su parte, el Hijo nos dio la plena redención de los pecados; y además, el Espíritu Santo nos está sellando, eso garantiza nuestra herencia y nos aprueba cuando andamos conforme a la voluntad de Dios (Ef 1:4-5, 7, 13). Esa experiencia espiritual produce un vivir humano sin mancha.
Alabado sea el Señor porque, en medio de una generación maligna y perversa, podemos ser un pueblo irreprensible y sencillo; hijos de Dios sin mancha, que resplandecen como luminares en el mundo (Fil 2:15). El deseo de Dios en Su elección es que lleguemos a la madurez.
La salvación fue sólo el primer paso para que se realice en nosotros el plan de Su elección. Dios desea llevarnos a la plena filiación: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Ro 8:28-29). ¡Alabado sea nuestro Señor por habernos escogido para ponernos dentro de Su plan eterno! ¡Aleluya!
Punto Clave:
¡Escogidos antes de la fundación del mundo!
Pregunta:
¿Cuál es el propósito de Dios al escogernos?
¡Jesus es el Señor!
Leer con oración:
Jer 1:5; Ro 8:28-29; Ef 1:5, 7, 13; Fil 2:15; 1 P 2:9-10
“Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor”(Ef 1:4)
Bendecidos Con La Elección De Dios
En Efesios 1 leemos: “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor” (v. 4). La elección de Dios es una de las innumerables bendiciones espirituales que hemos recibido. Se refiere al hecho de haber sido escogidos por Dios Padre desde la eternidad pasada y formar parte de Su dispensar en esta era.
La palabra dispensar indica movimiento y permisión, es decir, algo que sale de Dios y llega a Sus hijos. ¡Alabado sea el Señor! Fuimos escogidos por Dios antes de la fundación del mundo, incluso antes de nacer (Jer 1:5). Somos un linaje escogido, nación santa, pueblo adquirido por Dios, con el objetivo de que anunciemos las virtudes de Cristo. Aquel que nos llamó de las tinieblas a Su luz maravillosa, nos alcanzó con Su misericordia (1 P 2:9-10).
¿Por qué Dios nos escogió? ¿Quiénes éramos nosotros para merecer esta elección? ¡Es un misterio maravilloso y debemos agradecerle por haber recibido semejante gracia! Ser escogido por Dios no es algo pequeño, por el contrario, es algo muy elevado, inmensurable. La elección está relacionada con el hecho de que Dios desea concedernos fervientemente toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
Dios ya había planeado todo en Su voluntad eterna, y Él nos escogió con un propósito, para que fuésemos santos y sin mancha. Esto sólo es posible mediante el dispensar continuo del Dios Triuno. Por tanto, Dios Padre nos escogió, antes de la fundación del mundo, y nos predestinó para la filiación; por su parte, el Hijo nos dio la plena redención de los pecados; y además, el Espíritu Santo nos está sellando, eso garantiza nuestra herencia y nos aprueba cuando andamos conforme a la voluntad de Dios (Ef 1:4-5, 7, 13). Esa experiencia espiritual produce un vivir humano sin mancha.
Alabado sea el Señor porque, en medio de una generación maligna y perversa, podemos ser un pueblo irreprensible y sencillo; hijos de Dios sin mancha, que resplandecen como luminares en el mundo (Fil 2:15). El deseo de Dios en Su elección es que lleguemos a la madurez.
La salvación fue sólo el primer paso para que se realice en nosotros el plan de Su elección. Dios desea llevarnos a la plena filiación: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Ro 8:28-29). ¡Alabado sea nuestro Señor por habernos escogido para ponernos dentro de Su plan eterno! ¡Aleluya!
Punto Clave:
¡Escogidos antes de la fundación del mundo!
Pregunta:
¿Cuál es el propósito de Dios al escogernos?
¡Jesus es el Señor!