04-06-2008, 08:16 PM
PREGUNTA
Hoy hay muchos ministros que se hacen llamar apóstoles, pero según 1ª Corintios 15:3/8 entiendo que Pablo fue el último apóstol “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí”
¿Qué opìnan ustedes?
RESPUESTA
Creo que para entender el tema, necesitamos analizar el significado y usos de la palabra “apóstol” en las Escrituras:
Apóstol: El termino apóstol es la transcripción de la expresión griega “apóstolos” que a su vez deriva del verbo “apostello” cuyo significado es “enviar o despachar”. Encierra la idea de alguien que es enviado con un propósito o misión específica.
En el Nuevo Testamento tiene distintos usos:
1) Alude a los integrantes del grupo de “los doce” que el Señor Jesucristo designó para que fueran sus compañeros y colaboradores. “llamó a sí a los que Él quiso; y vinieron a Él. Y estableció a doce para que estuviesen con Él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios.” (Mr. 3:13-15)
Ellos no sólo estuvieron con el Señor Jesús, sino que luego de su muerte en la cruz fueron testigos de su resurrección, es decir, vieron personalmente al Señor resucitado.
Excepto el traidor y suicida Judas Iscariote, a quien el Señor identificó como “el hijo de perdición” (Jn.17:12), esos apóstoles tuvieron la misión de erigir los “fundamentos” de la iglesia, sentando las bases doctrinales por inspiración del Espíritu Santo, y predicando el Evangelio. “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo. (Ef. 2:20)
“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles...” (Hch.2:42)
Quizás fuera el apóstol Pablo quien realmente sustituyó a Judas, y no Matías, pues este último simplemente fue “señalado” por la iniciativa de los demás apóstoles y designado por azar. No existen referencias a que fuera llamado por el Señor, y es notable que aparte del relato de su elección no se encuentre ninguna mención más sobre él en el Nuevo Testamento. Pero en todo caso este razonamiento es sólo especulativo, y debe ser tomado como tal.
Como quiera que sea, tenemos suficientes pruebas de que Pablo llenó las condiciones para ser apóstol: Fue llamado por el Señor y lo vio resucitado.
Es esencial considerar que los doce constituían un grupo especial, tanto, que se dice en las Escrituras que ellos en el Reino Mesiánico juzgarán a las doce tribus de Israel “De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Mt.19:28)
Después, en Apocalipsis 21:14 leemos: “Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.”
Concluido el exclusivo ministerio “fundacional” de estos apóstoles, nadie los sucedió como tales, pese a las pretensiones de quienes reclaman erróneamente la sucesión apostólica.
2) Fuera de aquel grupo único y especial de doce apóstoles, en el Nuevo Testamento se les llamó apóstoles también a otros siervos de Dios, pero que tenían un ministerio de distinto alcance que el de “los doce”. En algunos casos el vocablo original “apóstolos” se ha traducido en nuestras Biblias como “enviados” o “mensajeros”. Por ejemplo en Jn. 13:16 “...ni el enviado es mayor que el que le envió”
En Fil. 2:25 se menciona a Epafrodito como “vuestro mensajero” (apóstolos).
Igualmente en 2ª Co.8:23 se hace mención de quienes son mensajeros (apóstolos) de las iglesias.
Pablo incluye como apóstoles a Silvano (Silas) y Timoteo, y escribe: “Fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el Evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones “ “Ni buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo” (1ª Tes.2:4 y 6)
En ese contexto la apelación de “apóstoles” tenía el sentido que actualmente se le da al vocablo “misionero” y no como “sucesores” del exclusivo ministerio apostólico de “los doce” que incluía completar, por inspiración del Espíritu Santo, la Palabra de Dios, que hasta ese tiempo aún no había sido totalmente revelada.
Una vez completadas definitivamente las Escrituras, y emplazadas las bases doctrinales de la iglesia, la revelación escritural cesó, y nadie puede modificar lo que está escrito, aunque pretenda reclamar para sí la sucesión del ministerio apostólico original.
Distinto es si se quiere usar la palabra apóstol simplemente con el significado de “enviado” o “mensajero”, es decir, cuando se hace referencia a un misionero, pero sin que eso signifique pretender atribuirle las prerrogativas apostólicas de los primitivos “doce”.
Hoy hay muchos ministros que se hacen llamar apóstoles, pero según 1ª Corintios 15:3/8 entiendo que Pablo fue el último apóstol “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí”
¿Qué opìnan ustedes?
RESPUESTA
Creo que para entender el tema, necesitamos analizar el significado y usos de la palabra “apóstol” en las Escrituras:
Apóstol: El termino apóstol es la transcripción de la expresión griega “apóstolos” que a su vez deriva del verbo “apostello” cuyo significado es “enviar o despachar”. Encierra la idea de alguien que es enviado con un propósito o misión específica.
En el Nuevo Testamento tiene distintos usos:
1) Alude a los integrantes del grupo de “los doce” que el Señor Jesucristo designó para que fueran sus compañeros y colaboradores. “llamó a sí a los que Él quiso; y vinieron a Él. Y estableció a doce para que estuviesen con Él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios.” (Mr. 3:13-15)
Ellos no sólo estuvieron con el Señor Jesús, sino que luego de su muerte en la cruz fueron testigos de su resurrección, es decir, vieron personalmente al Señor resucitado.
Excepto el traidor y suicida Judas Iscariote, a quien el Señor identificó como “el hijo de perdición” (Jn.17:12), esos apóstoles tuvieron la misión de erigir los “fundamentos” de la iglesia, sentando las bases doctrinales por inspiración del Espíritu Santo, y predicando el Evangelio. “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo. (Ef. 2:20)
“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles...” (Hch.2:42)
Quizás fuera el apóstol Pablo quien realmente sustituyó a Judas, y no Matías, pues este último simplemente fue “señalado” por la iniciativa de los demás apóstoles y designado por azar. No existen referencias a que fuera llamado por el Señor, y es notable que aparte del relato de su elección no se encuentre ninguna mención más sobre él en el Nuevo Testamento. Pero en todo caso este razonamiento es sólo especulativo, y debe ser tomado como tal.
Como quiera que sea, tenemos suficientes pruebas de que Pablo llenó las condiciones para ser apóstol: Fue llamado por el Señor y lo vio resucitado.
Es esencial considerar que los doce constituían un grupo especial, tanto, que se dice en las Escrituras que ellos en el Reino Mesiánico juzgarán a las doce tribus de Israel “De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Mt.19:28)
Después, en Apocalipsis 21:14 leemos: “Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.”
Concluido el exclusivo ministerio “fundacional” de estos apóstoles, nadie los sucedió como tales, pese a las pretensiones de quienes reclaman erróneamente la sucesión apostólica.
2) Fuera de aquel grupo único y especial de doce apóstoles, en el Nuevo Testamento se les llamó apóstoles también a otros siervos de Dios, pero que tenían un ministerio de distinto alcance que el de “los doce”. En algunos casos el vocablo original “apóstolos” se ha traducido en nuestras Biblias como “enviados” o “mensajeros”. Por ejemplo en Jn. 13:16 “...ni el enviado es mayor que el que le envió”
En Fil. 2:25 se menciona a Epafrodito como “vuestro mensajero” (apóstolos).
Igualmente en 2ª Co.8:23 se hace mención de quienes son mensajeros (apóstolos) de las iglesias.
Pablo incluye como apóstoles a Silvano (Silas) y Timoteo, y escribe: “Fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el Evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones “ “Ni buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo” (1ª Tes.2:4 y 6)
En ese contexto la apelación de “apóstoles” tenía el sentido que actualmente se le da al vocablo “misionero” y no como “sucesores” del exclusivo ministerio apostólico de “los doce” que incluía completar, por inspiración del Espíritu Santo, la Palabra de Dios, que hasta ese tiempo aún no había sido totalmente revelada.
Una vez completadas definitivamente las Escrituras, y emplazadas las bases doctrinales de la iglesia, la revelación escritural cesó, y nadie puede modificar lo que está escrito, aunque pretenda reclamar para sí la sucesión del ministerio apostólico original.
Distinto es si se quiere usar la palabra apóstol simplemente con el significado de “enviado” o “mensajero”, es decir, cuando se hace referencia a un misionero, pero sin que eso signifique pretender atribuirle las prerrogativas apostólicas de los primitivos “doce”.