• 0 voto(s) - 0 Media
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
La Biblia no solamente es "un libro", sino que es "El Libro".
#1
Por Tux

(Jesús) "dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños." – Lucas 10:21.

Dios se dirige a nosotros

La Bilblia no solamente es "un libro", sino que es "El Libro". Ella es la voz de Dios; es el libro para todos los tiempos.

La manera en que fue formada es un verdadero misterio: siglo tras siglo, libro tras libro, fue escrita por diferentes hombres que no se consultaron con ese fin. La primera parte fue escrita mil quinientos años antes del nacimiento del que escribió la última. Sus autores fueron príncipes, sacerdotes y gente del pueblo.

El nuevo testamento por su composición, es un milagro. Sin colaboración, sin previo plan, aquí un relato, allá una carta: así se formó esta segunda parte de la Biblia. En su evangelio, Mateo presenta a Cristo como Rey; Marcos nos revela al siervo, Lucas al Hijo del Hombre y Juan, al Hijo de Dios. Pablo se aferra a la doctrina y Santiago insiste en la práctica de la misma. Sus diversos redactores fueron inspirados por el Espíritu Santo para que cada uno escribiera una parte del gran todo.

¿Qué libro escrito hace dos mil años leen todavía las masas? La Biblia es el libro más difundido en el mundo. La leen todas las clases sociales y gente de todas las edades. Tanto los niños como los científicos y los filósofos se interesan por ella; varios estadistas hicieron de ella su libro de cabecera.

¿Cómo se formó la Biblia?

Unos 45 escritores contribuyeron a su redacción. Pertenecieron a todos los medios socioculturales. Entre ellos se encuentra Moisés, hombre de gran erudición, formado en la escuela de un faraón; Josué, militar genial; Daniel, primer ministro de varios gobiernos sucesivos; Nehemías, copero real; David, rey de Israel; Amós, pastor de ovejas; Pedro, un pescador; Mateo, un cobrador de impuestos; Lucas, un médico; Pablo, un fabricante de tiendas.

Ciertas partes de la Sagrada Escritura fueron redactadas en extrañas circunstancias: Moisés escribió en el desierto, Jeremías y Pablo en la cárcel, Daniel en suntuosos palacios, Lucas en el curso de sus viajes, Juan durante su exilio. Los autores conocieron todos los estados de ánimo: el gozo y el amor, el temor y la inquietud, la angustia y la duda. A pesar del intervalo de 60 generaciones que separa el primero del último autor, de la gran diversidad de escritores, la Biblia presenta una unidad humanamente inexplicable. Sus diferentes autores abordaron centenares de temas sin contradecirse. ¿Cómo hombres que vivieron en épocas diferentes y precedieron de ambientes variados pudieron expresar ideas convergentes sobre tan gran número de temas? No es sorprendente.

Cualquiera fueron los instrumentos utilizados, fue el mismo Dios quien los inspiró y se reveló a lo largo de sus páginas. Para aprender a conocerle, leamos su Palabra.

Armonía de la Palabra de Dios

¡La Biblia es un libro maravilloso, único en su inspiración, en su formación y en su unidad! Es una colección de 66 libros escritos por más de cuarenta autores diferentes. Más de 1500 años separan los últimos autores de los primeros. Vivieron a centenares de kilómetros de distancia: en Jerusalén, Roma y Babilonia. Procedían de los más diversos ambientes sociales: hubo reyes (David, Salomón), un primer ministro (Daniel), un escriba (Esdras), jefes (Moisés, Josué), un pastor (Amós), un juez (Samuel), pescadores (Pedro, Juan), un médico (Lucas), un erudito (Pablo). Separados por el tiempo y la distancia, no pude haber acuerdo previo entre ellos. Bajo la inspiración divina, cada uno compuso una parte de lo que iba a ser la Biblia. Imagínese un libro humano escrito por cuarenta escritores separados por el tiempo y el espacio; sólo se habría obtenido una obra inconexa.

Es notable la intervención del Espíritu de Dios en el Nuevo Testamento: los cuatro evangelistas no acordaron entre sí qué carácter de Cristo debía evidenciar cada uno. En cuanto a las epístolas, Pablo y Juan no dijeron a Pedro y a Santiago: -Insistid en el lado práctico de la vida cristiana, nosotros desarrollaremos la doctrina. No, todo es de origen divino; la Biblia se impone a nosotros con absoluta autoridad, revelándonos las perfecciones y las infinitas glorias del Hijo de Dios anunciadas en el Antiguo Testamento y presentadas en el Nuevo.

La Biblia, el libro de los récords

Fue el primer libro impreso en Alemania en 1456 por Juan Gutenberg.

Es el libro más combatido:

- Fue quemado por el rey Joacim en el siglo sexto antes de Jesucristo (Jeremías 36:23), muchos otros también lo hicieron después de él;

- Fue prohibido en la Edad Media y lo es aún hoy en algunos países; fue denigrado por los filósofos de los últimos siglos.

La Biblia molesta, pero sobrevive a sus detractores.

Es el libro más impreso*: 24 millones de Biblias; 19 millones de Nuevos Testamentos; 505 millones de extractos de la Biblia.

Es el libro más traducido del mundo*. La Biblia está traducida parcial o totalmente a: 627 lenguas en África; 553 lenguas en Asia; 396 lenguas en Oceanía; 197 lenguas en Europa; 73 lenguas en América del Norte, Centroamérica y Caribe; 384 en América latina; 3 lenguas artificiales.

Es el libro de Dios. ¿Ya lo leyó usted?.

*) Estadísticas de la ABU, febrero de 2000.

¿Por qué tenemos confianza en la Biblia?

Pregunta: Al citar la Biblia, usted nos invita a creer a Dios y obedecerle. Estoy de acuerdo, pero ¿qué me prueba que la Biblia es la Palabra de Dios?.

Respuesta: En primer lugar, los escritores de la Biblia afirman claramente que hablan de parte de Dios. Decenas de veces leemos: “Dijo Dios”, y otras expresiones similares. Así la Biblia misma dice que es la Palabra de Dios.

Además, la Biblia contiene gran número de profecías, muchas de las cuales ya se cumplieron. Como sólo Dios está por encima del tiempo, él fue quien comunicó a los profetas sus pensamientos para el porvenir. Ellos los expresaron mediante precisas profecías y por medio de relatos que de antemano reprodujeron los caracteres de Jesucristo.

Luego, los escritores de la Biblia, que vivieron a lo largo de quince siglos en circunstancias muy diversas, se complementaron mutuamente para dar una sorprendente armonía a la Biblia. ¿Por qué es así? Sencillamente porque Dios es su verdadero autor.

Finalmente, escuchemos la alegre respuesta de una multitud de creyentes que expresa: «Este libro cambió mi vida, me dio la paz y me hizo feliz». Éste es un poderoso testimonio más de su divino origen.

www.teneyi.com

(Tomado de la lista de correo de "Siguiendo Sus Pisadas")
  Responder
#2
Querido hermano Heriberto, para contribuir con "algo" me llegó hoy esta reflexión y la comparto.

Roberto

“QUE LA PALABRA DE CRISTO HABITE EN ABUNDANCIA EN VOSOTROS, CON TODA SABIDURÍA…” (Colosenses 3:16 – La Biblia de las Américas)

Profundízate en la Palabra de Dios

¿Cómo nos transforma el Espíritu de Dios a la semejanza del Hijo de Dios? ¡A través de la Palabra de Dios! Por eso Satanás lucha para que no leas tu Biblia. Escucha: “…la palabra de su gracia… tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados” (Hechos 20:32b). ¿Lo has captado?

¡`Herencia’! La Palabra de Dios es una semilla. Está llena de potencial. Jesús dijo: “Las palabras que Yo os he hablado son… vida” (Juan 6:63b). Cuando logramos oír a Dios, ¡de repente las cosas toman vida en nosotros!

Tu Biblia es más que sólo una guía doctrinal; genera vida, crea fe, produce cambios, asusta al diablo, ocasiona que ocurran milagros, cura heridas, construye el carácter, transforma las circunstancias, imparte alegría, supera las adversidades, vence las tentaciones, infunda esperanza, libera poder, purifica nuestra mente, materializa las cosas, y garantiza nuestro futuro para siempre.

No puedes sobrevivir espiritualmente sin la Palabra de Dios. Es tan esencial para tu vida como la comida. Job dijo: “…guardé las palabras de su boca más que mi comida” (Job 23:12b). La Palabra de Dios es el alimento espiritual que necesitas para cumplir el propósito de tu vida. La Biblia es llamada nuestra leche, es comparada con pan, alimento sólido y algo muy dulce (Ver 1 Pedro 2:2; Mateo 4:4; 1 Corintios 3:2; Salmo 119:103). Éste es el menú del Espíritu que nos proporciona diariamente energía y crecimiento. Pedro escribió: “…desead… la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación…” (1 Pedro 2:2). Así que, ¡reordena tus prioridades, sacrifica las cosas secundarias, sé disciplinado y comprométete a dedicar tiempo a la Palabra de Dios todos los días!
  Responder
#3
“VUESTRO ATAVÍO NO SEA EL EXTERNO DE PEINADOS… ADORNOS… VESTIDOS… SINO EL INTERNO…” (1 Pedro 3:3,4)

La Apariencia Externa en la Biblia

Los diseñadores de moda se ocupan de la apariencia total de las modelos que hacen desfilar por la pasarela. Tienen que tener los accesorios perfectos, tales como el peinado y el maquillaje adecuados.

Pero Dioses así:

Te creó como una persona completa, con características, rasgos de personalidad y reacciones emocionales específicos. Te diseñó para que fueras un ser humano en perfecto funcionamiento, lleno de vida, que puede pensar y sentir, con tu propio atractivo único.

Y te dotó no sólo de la apariencia física. También te dio talentos y dones espirituales – cualidades internas que Él quiere que desarrolles y sean vistas para su gloria.

¿Sabes? lo que eres por dentro debería determinar la forma en que te ves por fuera. ¡Cuando “tu apariencia física” determina tu sentido de valor, te sentirás abrumado cuando tengas unos kilos demás o cuando cierto día no tengas el peinado a tu gusto!

¡Niégate a vivir así!

La Biblia dice: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos… adornos de oro… vestidos lujosos, sino el interno… que es de grande estima delante de Dios…” (1 Pedro 3:3,4). Cuando tu valor personal viene de Dios y no de hombres, puede que lleves un traje de 7 euros de una tienda benéfica o uno especial de una boutique de categoría. De las dos formas te sientes bien porque sabes que la apariencia externa no define quién eres.

La belleza interior no puede ser comprada, sacada de una percha de la tienda, aplicada como maquillaje o llevada como un traje nuevo. Se trata de “una obra interna” que siempre encuentra una expresión creativa y apropiada por fuera. Así que, mírate en “el espejo de Dios” hoy y trata de ver lo que Él valora más: tu belleza interior.

Roberto
  Responder
#4
No es suficiente creer lo que dice la Biblia; debes llenar tu mente de ella, de manera que el Espíritu Santo pueda usarla para transformarte. Los dos primeros modos de hacerlo son:

¡Leerla!

Si tienes tiempo para leer el periódico pero no la Biblia, no crecerás. No puedes ver la tele durante tres horas, leer la Biblia durante tres minutos y esperar que crecerás. “Pero yo creo lo que dice la Biblia de principio a fin” dices. ¡Eso no significa nada! ¿La has leído de principio a fin? Si la lees sólo quince minutos al día, la habrás leído toda en un año. Si lo cambias por un programa de televisión de treinta minutos, en un año la habrás leído dos veces. La lectura diaria de la Biblia te mantendrá “en onda” con la voz de Dios. Escucha: “…Lo tendrá consigo y lo leerá todos los días de su vida…” (Deuteronomio 17:19). ¿Quieres prosperar? ¡Consigue un plan de lectura bíblica diaria y síguelo!

¡Recibirla!

En la parábola del sembrador Jesús identifica tres actitudes no receptivas: (a) una mente cerrada (suelo junto al camino); (b) una mente superficial (suelo sobre la piedra); © una mente distraída (suelo entre espinos) (Ver Lucas 8:4-15). Luego dijo: “Mirad, pues, cómo oís…” (Lucas 8:18).

Siempre que no estás aprendiendo algo, revisa tu actitud, especialmente sobre el orgullo porque Dios puede hablar a través del profesor más aburrido si eres humilde y receptivo. Escucha: “…recibid con mansedumbre la Palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas” (Santiago 1:21b). Así que, ¡profundízate en la Palabra de Dios!

Roberto
  Responder
#5
Heriberto escribió:Por Tux

(Jesús) "dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños." – Lucas 10:21.

Dios se dirige a nosotros

La Bilblia no solamente es "un libro", sino que es "El Libro". Ella es la voz de Dios; es el libro para todos los tiempos.

La manera en que fue formada es un verdadero misterio: siglo tras siglo, libro tras libro, fue escrita por diferentes hombres que no se consultaron con ese fin. La primera parte fue escrita mil quinientos años antes del nacimiento del que escribió la última. Sus autores fueron príncipes, sacerdotes y gente del pueblo.

El nuevo testamento por su composición, es un milagro. Sin colaboración, sin previo plan, aquí un relato, allá una carta: así se formó esta segunda parte de la Biblia. En su evangelio, Mateo presenta a Cristo como Rey; Marcos nos revela al siervo, Lucas al Hijo del Hombre y Juan, al Hijo de Dios. Pablo se aferra a la doctrina y Santiago insiste en la práctica de la misma. Sus diversos redactores fueron inspirados por el Espíritu Santo para que cada uno escribiera una parte del gran todo.

¿Qué libro escrito hace dos mil años leen todavía las masas? La Biblia es el libro más difundido en el mundo. La leen todas las clases sociales y gente de todas las edades. Tanto los niños como los científicos y los filósofos se interesan por ella; varios estadistas hicieron de ella su libro de cabecera.

¿Cómo se formó la Biblia?

Unos 45 escritores contribuyeron a su redacción. Pertenecieron a todos los medios socioculturales. Entre ellos se encuentra Moisés, hombre de gran erudición, formado en la escuela de un faraón; Josué, militar genial; Daniel, primer ministro de varios gobiernos sucesivos; Nehemías, copero real; David, rey de Israel; Amós, pastor de ovejas; Pedro, un pescador; Mateo, un cobrador de impuestos; Lucas, un médico; Pablo, un fabricante de tiendas.

Ciertas partes de la Sagrada Escritura fueron redactadas en extrañas circunstancias: Moisés escribió en el desierto, Jeremías y Pablo en la cárcel, Daniel en suntuosos palacios, Lucas en el curso de sus viajes, Juan durante su exilio. Los autores conocieron todos los estados de ánimo: el gozo y el amor, el temor y la inquietud, la angustia y la duda. A pesar del intervalo de 60 generaciones que separa el primero del último autor, de la gran diversidad de escritores, la Biblia presenta una unidad humanamente inexplicable. Sus diferentes autores abordaron centenares de temas sin contradecirse. ¿Cómo hombres que vivieron en épocas diferentes y precedieron de ambientes variados pudieron expresar ideas convergentes sobre tan gran número de temas? No es sorprendente.

Cualquiera fueron los instrumentos utilizados, fue el mismo Dios quien los inspiró y se reveló a lo largo de sus páginas. Para aprender a conocerle, leamos su Palabra.

Armonía de la Palabra de Dios

¡La Biblia es un libro maravilloso, único en su inspiración, en su formación y en su unidad! Es una colección de 66 libros escritos por más de cuarenta autores diferentes. Más de 1500 años separan los últimos autores de los primeros. Vivieron a centenares de kilómetros de distancia: en Jerusalén, Roma y Babilonia. Procedían de los más diversos ambientes sociales: hubo reyes (David, Salomón), un primer ministro (Daniel), un escriba (Esdras), jefes (Moisés, Josué), un pastor (Amós), un juez (Samuel), pescadores (Pedro, Juan), un médico (Lucas), un erudito (Pablo). Separados por el tiempo y la distancia, no pude haber acuerdo previo entre ellos. Bajo la inspiración divina, cada uno compuso una parte de lo que iba a ser la Biblia. Imagínese un libro humano escrito por cuarenta escritores separados por el tiempo y el espacio; sólo se habría obtenido una obra inconexa.

Es notable la intervención del Espíritu de Dios en el Nuevo Testamento: los cuatro evangelistas no acordaron entre sí qué carácter de Cristo debía evidenciar cada uno. En cuanto a las epístolas, Pablo y Juan no dijeron a Pedro y a Santiago: -Insistid en el lado práctico de la vida cristiana, nosotros desarrollaremos la doctrina. No, todo es de origen divino; la Biblia se impone a nosotros con absoluta autoridad, revelándonos las perfecciones y las infinitas glorias del Hijo de Dios anunciadas en el Antiguo Testamento y presentadas en el Nuevo.

La Biblia, el libro de los récords

Fue el primer libro impreso en Alemania en 1456 por Juan Gutenberg.

Es el libro más combatido:

- Fue quemado por el rey Joacim en el siglo sexto antes de Jesucristo (Jeremías 36:23), muchos otros también lo hicieron después de él;

- Fue prohibido en la Edad Media y lo es aún hoy en algunos países; fue denigrado por los filósofos de los últimos siglos.

La Biblia molesta, pero sobrevive a sus detractores.

Es el libro más impreso*: 24 millones de Biblias; 19 millones de Nuevos Testamentos; 505 millones de extractos de la Biblia.

Es el libro más traducido del mundo*. La Biblia está traducida parcial o totalmente a: 627 lenguas en África; 553 lenguas en Asia; 396 lenguas en Oceanía; 197 lenguas en Europa; 73 lenguas en América del Norte, Centroamérica y Caribe; 384 en América latina; 3 lenguas artificiales.

Es el libro de Dios. ¿Ya lo leyó usted?.

*) Estadísticas de la ABU, febrero de 2000.

¿Por qué tenemos confianza en la Biblia?

Pregunta: Al citar la Biblia, usted nos invita a creer a Dios y obedecerle. Estoy de acuerdo, pero ¿qué me prueba que la Biblia es la Palabra de Dios?.

Respuesta: En primer lugar, los escritores de la Biblia afirman claramente que hablan de parte de Dios. Decenas de veces leemos: “Dijo Dios”, y otras expresiones similares. Así la Biblia misma dice que es la Palabra de Dios.

Además, la Biblia contiene gran número de profecías, muchas de las cuales ya se cumplieron. Como sólo Dios está por encima del tiempo, él fue quien comunicó a los profetas sus pensamientos para el porvenir. Ellos los expresaron mediante precisas profecías y por medio de relatos que de antemano reprodujeron los caracteres de Jesucristo.

Luego, los escritores de la Biblia, que vivieron a lo largo de quince siglos en circunstancias muy diversas, se complementaron mutuamente para dar una sorprendente armonía a la Biblia. ¿Por qué es así? Sencillamente porque Dios es su verdadero autor.

Finalmente, escuchemos la alegre respuesta de una multitud de creyentes que expresa: «Este libro cambió mi vida, me dio la paz y me hizo feliz». Éste es un poderoso testimonio más de su divino origen.

www.teneyi.com

(Tomado de la lista de correo de "Siguiendo Sus Pisadas")

Nada que decir sino así es.

Bendiciones
  Responder


Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 1 invitado(s)